Desde el año 2007 se celebra cada 2 de abril el “Día mundial de concienciación sobre el autismo” por iniciativa de la Organización de Naciones Unidas; desde el 2021 también es el “Día nacional de la persona con trastorno del espectro autista (TEA)”.
Abril supone un mes importante para educar sobre el tema, pues a medida que la conciencia sobre el autismo crece, también lo hace el reconocimiento de que el autismo no es exclusivo de la infancia. Aunque tradicionalmente se ha asociado con la niñez, cada vez más se comprende que el autismo es una condición de por vida que afecta a personas de todas las edades.
Si se piensa en los Baby Boomers con TEA, estos requieren una atención especializada y adaptada a sus necesidades únicas.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), los trastornos del espectro autista son un conjunto de afecciones caracterizadas por ciertos patrones de comportamiento y dificultades en la comunicación e interacción social. Aunque los síntomas pueden manifestarse de manera diferente en cada individuo, algunos adultos mayores con TEA pueden enfrentar desafíos adicionales debido al envejecimiento y a la falta de reconocimiento de su condición en etapas anteriores de la vida.
La detección tardía y el diagnóstico erróneo son problemas comunes en Baby Boomers autistas. Según un informe de Autism Speaks, una organización líder en la promoción de la conciencia y el apoyo a personas con autismo, muchos adultos mayores experimentan dificultades para acceder a servicios de diagnóstico y tratamiento especializados. Esto puede deberse a una combinación de factores, incluida la falta de capacitación de los profesionales de la salud en el reconocimiento de TEA en adultos mayores y la suposición errónea de que los síntomas de autismo disminuyen con la edad.
Además, la falta de apoyo adecuado puede llevar a problemas adicionales de salud y bienestar en adultos mayores con TEA. La Alzheimer’s Association señala que las personas mayores con autismo pueden enfrentar un mayor riesgo de aislamiento social, depresión y ansiedad, especialmente cuando experimentan cambios en su entorno o rutina. Es fundamental que los proveedores de atención médica y los cuidadores estén capacitados para reconocer y abordar estas necesidades específicas.
Afortunadamente, cada vez hay más recursos disponibles para apoyar a los adultos mayores con TEA y sus familias. Organizaciones como Autism Society y Autistica ofrecen programas y servicios diseñados específicamente para adultos mayores, que incluyen grupos de apoyo, actividades recreativas adaptadas y asesoramiento individualizado.
A nivel local, la Alianza de Autismo de Puerto Rico es una fuente útil de información.
En conclusión, los trastornos del espectro autista en adultos mayores representan un área de atención creciente en el campo de la salud y el bienestar. Con una mayor conciencia, capacitación y acceso a servicios especializados, se puede garantizar que los Baby Boomers con Autismo reciban el apoyo necesario para una vida digna y plena.