Por: Carmen Amelia Acevedo| Bibliotecaria 

Un alumno, utilizando un sistema de inteligencia artificial, obtuvo este resultado automático sobre la Semana Santa:

“Le llaman así los cristianos al tiempo que conmemora la última semana de Jesús de Nazaret. Es la semana que comienza con el Domingo de Ramos donde se recuerda la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén y termina con el Domingo de Ramos, que se celebra su resurrección. En iglesias llevan a cabo diferentes procesiones con imágenes de Jesús azotado, Cristo crucificado, de su madre María y otros santos; acompañados con música y comidas tradicionales de cada pueblo. En general es el tiempo que el cristiano reflexiona en el sacrificio de Jesús y renueva su fe en la vida eterna.” 

Hoy día que tenemos en la punta de los dedos la definición, explicación y muestra en imágenes de lo que es la Semana Mayor, es cuando más valor tienen las anécdotas y cuentos de aquellos días cuando éramos niños. Aquí compartiré varias vivencias de lindos recuerdos.

Érase una vez, antes de la década de los 80, que no había clases durante la Semana Santa y la semana que le seguía tampoco. 

En nuestra casa, para la Semana Santa había un total recogimiento. Se participaba del Vía Crucis y celebraciones litúrgicas. El Viernes Santo, día de ayuno, veíamos el almuerzo tan lejos. Era el día de comer solo arroz blanco con salmón de lata, delicioso. 

Mi madre decía: “Una comida fuerte para ir a la iglesia y de ahí a la procesión por las calles de Aguadilla”. Así era, entonando cánticos como “Pequé, pequé Dios mío…”.

Mis hermanas, mis compañeras de colegio y yo vestidas de uniforme blanco, caminando por las calles. Era una linda celebración que se hacía feliz pero en silencio. Observábamos la imagen de la Virgen de los Dolores que nos hacía pensar de no pecar para no hacerla sufrir más y para que la muerte de Jesús no fuese en vano. Luego de la larga procesión teníamos recompensa, ¡una rica piragua!

Cuenta mi esposo que en su casa durante la semana se escuchaba en la radio los programas religiosos y que veían por televisión películas como Los 10 mandamientos, Vidas de santos y la crucifixión de Jesús. Dice que no comer carne era estrictamente obligatorio, así que se comía pan con mantequilla. Había que mantenerse dentro de la casa el Viernes Santo, y solo se salía para la procesión por la barriada; donde recuerda con mucha alegría todas las estampitas que le entregaban. Lo que más esperaba era el Domingo de Ramos que al salir de la misa iba a los carritos de ventas de chucherías que se encontraban al frente de la plaza. Siempre su mamá le compraba un regalito porque durante la Cuaresma guardaba sus sacrificios.  

En casa de una amiga, que vivía dentro de las facilidades del Hospital de Distrito de Aguadilla, se celebraba en grande el Domingo de Ramos. Al ser su madre estadounidense, hacían el “Egg Hunt” e invitaban a las enfermeras. Esto, luego de regresar de la misa que siempre ella y sus hermanas iban muy lindas vestidas con pamela, guantes y medias largas.

Era en Chicago, en casa de unos familiares, que durante Semana Santa se guardaba silencio, nada de radio ni televisión, iban a la iglesia el Jueves Santo para el lavado de pies, Viernes Santo para Las Siete Palabras y el sábado llevaban sus mascotas a la iglesia para una bendición especial. 

Recuerda que un Domingo de Ramos iban todos, los nueve hermanos, caminando para la iglesia cuando cayó una nevada; las nenas iban con trajes cortos y con zapatos de charol, los muchachos con camisas y corbatas, fue así con mucho frío que llegaron más rápido, pero iban con ansias para luego participar de la búsqueda de huevos en el patio de la iglesia.

Definitivamente como Open AI (el programa de inteligencia artificial) presenta, en cada celebración van de la mano la música, la comida y la reflexión, así recordamos cómo se celebraba la Semana Santa. Cada uno de los recuerdos de estas conmemoraciones, debemos llevarlas en el corazón con el deseo de reanudarlos en la vida.