Por: Mariel Pacheco del Castillo

Médico Patólogo

En el universo de los cánceres, estamos acostumbrados a escuchar sobre el cáncer de mama, el de próstata, colon o incluso sobre el cáncer de pulmón, sin embargo, es poco frecuente escuchar sobre los Sarcomas, y la realidad es que muchas veces los conocemos por primera vez cuando un caso aparece en la familia o en algún relacionado.

Es que los Sarcomas en general son poco frecuentes, representando según la American Cancer Society menos del uno por ciento (1%) de los tumores que aparecen en adultos. En niños son tumores un poco más comunes, ocupando aproximadamente el 15% de los tumores pediátricos.

En realidad, los sarcomas según la Organización Mundial de la Salud son más de 150 variedades distintas de tumores agrupados bajo este nombre, e incluyen neoplasias que surgen de los tejidos blandos, como los músculos, la grasa, los vasos y hasta de los huesos. Los Sarcomas más conocidos y frecuentes son el Leiomiosarcoma, que puede surgir de cualquier músculo liso y un sitio frecuente es la pared del útero; el Liposarcoma, que surge de la grasa de la cavidad abdominal o las extremidades y el Osteosarcoma, que surge de los huesos.

A diferencia de otros cánceres, los Sarcomas generalmente no tienen un factor de riesgo conocido, y pueden surgir espontáneamente en un individuo cuando las células de ese tejido sufren una mutación o daño genético y empiezan a dividirse descontroladamente. En un grupo reducido de pacientes, se pueden asociar a mutaciones genéticas hereditarias o algún antecedente como la historia de terapia con radiación, algunos químicos tóxicos o incluso infecciones virales.

Las manifestaciones varían dependiendo del tipo y localización del sarcoma. Dentro de las más importantes encontramos la presencia de una masa o bulto de nueva aparición, inflamación y dolor óseo, fracturas óseas sin causas aparentes, dolor abdominal progresivo, pérdida de peso progresiva, sangrado uterino anormal, entre otras.

El diagnóstico se basa en estudios de imágenes como las radiografías, ecografías, tomografías o resonancia magnética, seguido de procedimientos de biopsia y otros estudios especiales, que buscan identificar el tipo y grado del sarcoma para poder dirigir el tratamiento.

Las terapias dependerán del tipo de tumor y puede incluir cirugía, quimioterapia, radioterapia, terapias dirigidas, o combinaciones de éstas.

No hay forma de prevenir el desarrollo de un sarcoma. La mejor herramienta es la detección temprana de cualquier anomalía que permita un manejo oportuno y eficaz, por lo que es importante la evaluación médica regular que permita detectar a tiempo estas neoplasias.

Conocer sobre este grupo de cánceres, educarnos y ser proactivos en su diagnóstico y manejo, nos ayudarán a detectarlos más tempranamente, por lo que todo el mes de Julio, y en especial el día 13 – Día Internacional del Sarcoma, se busca concientizar sobre estas formas raras e infrecuentes de cáncer.

https://www.cancer.org/es/cancer/soft-tissue-sarcoma.html

https://www.cancerresearchuk.org/about-cancer/soft-tissue-sarcoma/types

https://www.webmd.com/cancer/sarcoma

SOBRE LA AUTORA

La Dra. Mariel Pacheco del Castillo es

Médico Patólogo, Máster Oncología Molecular.

Ejerce funciones en la República Dominicana como Gerente en el Centro de Anatomía Patológica, Instituto Nacional del Cáncer (INCART) y es Profesor pleno en el área de Ciencias de la Salud, en el Instituto Tecnológico de Santo Domingo (INTEC).