Por: Dra. Vivian Badillo 

Portavoz Baby Boomers Florida

Frecuentemente cuando hablamos de amor pensamos en ese sentimiento que podemos sentir por los demás; sin embargo ponemos en un segundo plano el amor que nos debemos a nosotros mismos.

El amor propio también se le conoce como autoestima. Es ese motor que nos ayuda a desarrollarnos y a sostenernos durante nuestra vida. Existen varios aspectos que influyen en el amor propio como lo es la capacidad de poner límites, la autoaceptación y cuán adecuadamente manejamos las expectativas de lo que nos hemos propuesto a lo largo de nuestra existencia.

Estudios han revelado que el punto máximo de autoestima se alcanza entre los 50 a 60 años de vida, dado a que el amor propio va aumentando conforme hayamos logrado nuestras metas.

Quererse a sí mismo es importante para establecer límites y evitar ser maltratado o abusado por terceros. El no poner límites o normas a tiempo por quizás evitar problemas puede traernos situaciones aún peores.

Date la oportunidad de ser feliz, aceptándote y queriéndote a ti mismo. Aunque no somos perfectos, tenemos habilidades, talentos y cualidades que nos hacen ser únicos. La vida misma es una travesía dinámica con sus altas y bajas pero siempre disponible para mostrarnos lecciones de aprendizaje como lo es el amor que debemos tenernos a nosotros mismos.

Cuando llegamos a ser adultos mayores se va consolidando ese amor propio ya que habremos logrado unas metas familiares, de trabajo y de vida social que complementa y llena en gran medida.

El amor propio nos ayuda a lograr una mayor eficacia en las tareas que emprendemos diariamente, da sensación de capacidad, evita que nos rindamos fácilmente, disminuye el miedo a sentirnos menos que otros, reduce la ansiedad, la tristeza y la depresión. Además permite construir relaciones interpersonales más saludables y favorece la independencia y la autonomía.

Por lo tanto visualiza cada día como una magnífica oportunidad para reconocer tus maravillosas capacidades y la valía que tienes como un ser humano único y excepcional. No existe nadie tan maravilloso como tú.