De manera popular se dice que “no se puede estar en todas”. Sin embargo, Nino Correa Filomeno, comisionado del Negociado para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres, parece ser la excepción a la regla; pues su nombre es parte de la historia de muchos desastres. Por citar algunos: El ataque terrorista a las Torres Gemelas, la explosión en Río Piedras, el incendio del Dupont Plaza, lluvias de Mameyes, Fiona, María, Terremotos.
Él es un rescatista con experiencia y un servidor de noble corazón y sensibilidad humana.
Su trabajo no conoce simpatías políticas ni colores partidistas, pues su única bandera, es la blanca de la paz. No por casualidad diferentes gobiernos han preservado la integridad de su posición; a sabiendas de que con Nino, ninguna emergencia estará desprovista de esfuerzo, conocimiento y el más fiel interés de normalizar y servir a Puerto Rico.
Tanto es el respeto a su trayectoria, que recientemente recibió el grado de doctor honoris causa de parte de la Facultad de Ciencias Sociales del Recinto de Río Piedras de la Universidad de Puerto Rico (UPR) por su encomiable labor en sus más de 30 años de servicios como rescatista.
¿Qué mueve a esta figura local a dar tanto de sí mismo, en pro de la sociedad puertorriqueña?
Descúbrelo en esta entrevista.
1. ¿Te convertiste en rescatista por obra de la casualidad o por un esfuerzo intencional de servicio? En otras palabras, ¿aprendiste a servir para vivir o vives para servir?
En mi casa, a mis nueve hermanos y a mí nos criaron en el Evangelio y siempre nos inculcaron el ayudar a los demás, el amor al prójimo. Es por eso que a los 14 años comencé como voluntario de la entonces Defensa Civil del municipio de Carolina, y el resto es historia. Desde entonces, hago lo que me apasiona, y seguiré haciéndolo hasta que Dios diga.
2. ¿Trabajar constantemente frente a situaciones de desastres, humaniza o deshumaniza a quien debe asumir con carácter los escenarios de emergencia?
Trabajar constantemente con emergencias, con lo más profundo del dolor humano, nos humaniza cada vez más. Tenemos que tener un tipo de coraza y una forma de poder desahogarnos y sacarnos del sistema la situación que estemos trabajando para que no nos desconcentre y así poder seguir ayudando a más personas en medio de situaciones difíciles. Pero todos los que trabajamos en esto tenemos que ser sensibles y siempre ponernos en los zapatos de los demás, sin que nos afecte en lo que tenemos que hacer para poder resolver. Esta es la parte en la que entra Dios en todo lo que hacemos.
3. Algo que se valora mucho en ti es la experiencia. Ese conocimiento adquirido con los años que aplicas en el día a día. Además de tu pericia, ¿qué valores inculcados por tu familia, influyen en el ejercicio de tu trabajo?
Siempre que salimos a una misión, Dios va por delante de todo. Así me criaron y Dios es el que nos ayuda día a día a poder seguir atendiendo situaciones difíciles. Mi mamá nos crió en el Evangelio y éramos 10 hermanos, por lo que era importante compartir, ser empático con los demás y ayudarnos. La empatía hacia los demás, en especial cuando están pasando por la incertidumbre de no saber dónde está un ser querido, es de los valores más importantes que tenemos que tener presentes al hacer el trabajo que hacemos.
4. Recientemente recibiste dos títulos honoríficos de Doctorado, en tu graduación de Bachillerato. ¿Qué precio has tenido que pagar en estas 4 décadas? Lo qué más has tenido que sacrificar.
La gloria para papá Dios. No esperaba esos títulos honoríficos de doctorado, y finalmente pude completar mi bachillerato, luego de 17 años de intentos. Ahora comencé mis estudios de maestría para poder cumplir con mi sueño de completar mis estudios. Ese fue uno de los sacrificios de mi trabajo, el no poder completar mis estudios, pero ahora con el apoyo de mi familia, especialmente de mi esposa Yadira Aquino, pude sacar el tiempo y tenerla a ella para que me despierte cada vez que veía que me quedaba dormido mientras estudiaba en la madrugada. Mas el mayor sacrificio de esta vocación es eso mismo, el tiempo que uno no puede compartir con la familia. Tengo a mi esposa, a mi mamá y a mis hermanos, a cuatro hijas y una nieta que adoro, y muchas veces tengo que salir corriendo, pero ellos entienden y me apoyan, y eso es lo que me ayuda a seguir adelante.
5. Como funcionario de Emergencias, has servido en: Las lluvias de Mameyes en el 1985, el fuego del Dupont Plaza en el 1986, el atentado de las Torres Gemelas en el 2011, huracanes y terremotos de los últimos años. ¿Cuál de todos estos sucesos marcó un antes y un después en tu historia personal? ¿Por qué?
Siempre digo que no hay una emergencia que se parezca a la otra. Todas tienen sus particularidades y situaciones que marcan a uno para siempre. Desde una búsqueda en un monte o en un río, hasta situaciones como el ataque a las Torres Gemelas o la explosión en Río Piedras. Mas en Puerto Rico diría que, no solamente a mi sino a todos, nos marcó el huracán María. Para todos en esta isla, la historia es antes o después del paso de María. Desde entonces, nos han ocurrido muchas situaciones como los terremotos de enero de 2020 y los efectos de la pandemia del COVID-19. De todas esas situaciones, hemos aprendido mucho, y eso es lo importante.
6. Pronto se cumplirán 6 años del inolvidable huracán María. ¿Qué aprendió Nino? ¿Cuál sería tu mensaje a los puertorriqueños, en especial a los Baby Boomers frente a contingencias?
De todas las emergencias, se aprende. Lo más importante es no volver a repetir errores del pasado. Si antes usted se preparaba con víveres para estar dos o tres días, ahora aumentaron a diez, y si puede para más días, mejor. Estamos en el pico de la temporada de huracanes, y tenemos que estar preparados con nuestros planes de emergencia individuales, familiares y comunitarios, y reconocer que ocurren emergencias todo el año. Debe de tener su mochila de emergencia con alimentos no perecederos, agua, medicamentos, ropa y cualquier cosa que necesite. Igualmente tener las mochilas de sus familiares y hasta de sus mascotas.
7. Sin simpatías partidistas, Puerto Rico te reconoce por tu calidad como servidor público. ¿Podría el pueblo aspirar a verte en una posición de mayor influencia gubernamental?
Mi vocación es servir y atender emergencias. Mientras papá Dios me de salud, seguiré ayudando a los demás, sea desde donde sea que Dios me ponga.