Por: Dr. Jorge Lugo Rodríguez
Lic. 1919
Cardiólogo. MD, FAAC
El cuerpo humano es una máquina perfecta. Posee un cerebro que es capaz de pensar, analizar, sentir y actuar con algo que se llama inteligencia. Además de una serie de órganos que reciben alimento, -como el estómago- y el oxígeno que los recibe el pulmón.
Otros órganos procesan todos esos elementos, para hasta llegar a un nivel que permita la producción de sangre y será la llamada médula ósea, la encargada de producirla. Como la sangre nos mantiene vivos, es necesario que llegue a todo nuestro cuerpo. Esta, a su vez, va al corazón, donde se llena de oxígeno con ayuda del pulmón. Entonces este corazón se contrae y envía la sangre, por medio de las arterias, a los órganos, incluyendo el más importante que es el cerebro para que éste pueda hacer su función.
¿Qué es la presión, entonces?
Es la fuerza que produce el corazón para enviar sangre a todos los órganos.
¿Por qué es importante tenerla?
Porque se necesita fuerza para contraer y relajar el corazón. Se denomina con un número arriba, que es la presión sistólica y un número abajo, que es la presión diastólica o la de relajamiento o descanso del corazón, para volverse a llenar ahora con la sangre que viene oxigenada del pulmón.
Entonces, necesitamos tener una presión arterial, como esta se llama, pero la misma tiene que ser la necesaria, ni tan alta ni tan baja. Para la mejor función, lo más aconsejable es que sea 130 sobre 80.
Nuestra presión arterial es controlada por el mismo cuerpo. ¿Y por qué puede subir a niveles más altos que los deseados?, por una razón de herencia o por factores extraños como la ingesta de sodio. El sodio no es mas que la sal que se encuentra en alimentos procesados. El valor aconsejable es no mayor de150 miligramos. También puede ocurrir por la obesidad, el aumento de la edad y otros factores.
Lo más preocupante es que, más de la mitad de los casos de presión alta o llamada hipertensión, es causada por lo que se llama “Esencial”, que quiere decir que no se sabe la causa, porque el mismo cuerpo la produce así. Entonces, es claro comprender que lo más conveniente es controlarla y para esto se pueden usar productos que trabajen en el control que tiene el cerebro sobre ella, así como productos para sacar el sodio que puede estar alto, llamados diuréticos y de otra forma también dar medicinas que dilaten las arterias, conocidas como vasodilatadores.
En una pequeñísima cantidad de los casos, una presión alta podría ser causada por el mismo cuerpo, por tumores en el cerebro o lo que llaman las glándulas adrenales localizadas sobre los riñones y estas últimas, retiene porque retienen demasiado sodio.
Por todo lo anterior, es importante que, al paciente de presión alta, además de considerar su historia familiar, se le realicen algunos estudios procedentes a descubrir esta condición curable.
Los estudios son sencillos y deben realizarse por el médico, a fin de saber si la condición es como se dijo, curable o si hay que tratarla porque es esencial. Queda solo por mencionar el efecto de la presión alta, que consiste en dañar las arterias y los órganos mediante una condición que se llama Arterioesclerosis, que puede causar que falte sangre en el órgano o que se derrame sangre allí, por romper la arteria en lo que se conoce como “derrame”. El llamado derrame cerebral no es necesariamente correcto porque la mayoría del daño en el cerebro por esta condición médica es por falta de oxígeno o por lo que mejor debía llamarse preliminarmente que fue un “ataque cerebral isquémico”, que quiere decir falta de sangre, no derrame de la misma.
Si esta baja por otra parte, entonces no llegará la sangre adecuada al cerebro ni al riñón, con el consecuente efecto nocivo de los mismos.
En esta época de desarreglos, ponga cuidado a los alimentos altos en sodio, los muy procesados y a disfrutar en familia y con moderación.
SOBRE EL AUTOR:
El Doctor Lugo es cardiólogo y autor de varios libros. Entre ellos:
La Hipertensión, enemigo silencioso
La historia de Ramón o el extraño origen del puertorriqueño
Los Fundamentos de nuestra Fe
Las Flores de mi Camino
De niño a adulto o un camino corto a la esperanza
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