Por: Noelia Gutiérrez | Coach de salud digestiva | Ig: @happinessgreens | www.happinessgreens.com
La microbiota es un grupo de microorganismos que viven en nuestro cuerpo, bacterias, hongos, virus y arqueas y que son fundamentales para mantenernos saludables. Esta microbiota ejerce funciones indispensables para la Salud, tales como: Mantener en correcto funcionamiento nuestro aparato digestivo, como llevar a cabo funciones vitales dentro del sistema inmune. Además de estar en contacto directo con el nervio vago, funciones neuronales y cerebrales.
Pero nosotros debemos cuidar de estos microorganismos, para que ellos nos mantengan fuertes y saludables. Tenemos, por así decirlo, una relación de “win to win”. Es decir, nuestras necesidades fisiológicas se entrecruzan y nos beneficiamos mutuamente. Debes entender que tu salud depende de billones de microorganismos que viven en tu cuerpo.
Tener una microbiota equilibrada ofrece muchos beneficios para tu salud:
- Mejora la digestión: Una microbiota equilibrada ayuda a descomponer los alimentos de manera más eficiente, lo que facilita la digestión y la absorción de nutrientes esenciales.
- Refuerza el sistema inmunológico: Los microorganismos beneficiosos en la microbiota desempeñan un papel clave en la protección contra enfermedades, al fortalecer el sistema inmunológico y combatir patógenos dañinos.
- Regulación del estado de ánimo y la salud mental: Existe una conexión entre la microbiota y el cerebro, conocida como el eje intestino-cerebro. Mantener una microbiota equilibrada puede tener un impacto positivo en la salud mental y el estado de ánimo, ayudando a reducir el estrés y la ansiedad.
Sin embargo, lamentablemente, a menudo nuestra alimentación poco saludable y nuestros malos hábitos pueden dañar o debilitar a estos pequeños aliados. Resulta que lo que comemos y bebemos, nuestro estilo de vida, hasta nuestras emociones pueden alterar el preciso equilibro de esta microbiota.
Por ello, saber cuidar y nutrir nuestra microbiota en el momento en que vivimos es vital para mantener alejada la enfermedad en lo más posible.
¿Quieres saber cómo podemos nutrir a tu microbiota?
Ya que todo impacta en tu microbiota, lo que haces en tu vida, tus rutinas diarias, lo que comes, vamos a ver una serie de elementos, que van a ayudar al nutrir y mantener una microbiota sana.
Te ofrezco herramientas y soluciones para sanar tu microbiota y alcanzar tu bienestar. La alimentación saludable y el estilo de vida son herramientas imprescindibles para cuidarte y empezar a cuidar y sanar tu microbiota. Pero no son las únicas, hay muchas más.
Aquí hay alguna de ellas. Toma nota:
- Eliminar alimentos procesados y ultraprocesados.
- Cuidar el agua que bebes, que esté mineralizada y que no tenga cloro. El cloro es muy prejudicial para tu microbiota.
- Tomar el sol del amanecer y del atardecer.
- Huye de los productos tóxicos lo más posible, en la higiene personal y en la del hogar.
- Paseos al aire libre entre 40 minutos y una hora, todo lo que puedas. A tu microbiota le gusta el ejercicio.
- Meditar y el mindfulness informal es de gran ayuda para rebajar el estrés y la ansiedad. A la microbiota no le gusta nada el estrés.
- Ejercicios de respiración consciente. Oxigena toda tus células.
- Contacto directo y frecuente con la naturaleza y los animales, aporta gran riqueza microbiana.
- Practica el grounding. Pisa la hierba, el pasto, la tierra, la arena, las piedras, todo material que conduzca la electricidad. El contacto eléctricamente conductor del cuerpo humano con la superficie de la tierra (conexión a tierra o puesta a tierra) produce efectos beneficiosos en la fisiología y la salud.
- Comer alimentos fermentados, como vegetales, kombucha, kefir, yogurt, chucrut, etc… Llenos de probióticos que ayudan a que tu microbiota a sea más diversa.
Los alimentos fermentados tienen microorganismos beneficiosos que pueden marcar una gran diferencia en la salud de nuestra microbiota.
Son ricos en probióticos, como el yogur, el kéfir y el chucrut, ofrecen una ventaja única. A diferencia de las cápsulas, estos alimentos no solo proporcionan probióticos, sino que también incluyen otros nutrientes y fibras que son esenciales para mantener una microbiota saludable. Además, los alimentos probióticos son deliciosos y fáciles de incorporar a tu dieta diaria.
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