Cuando lo escuchas en la radio, no imaginas que detrás de tanta risa hay una historia que costó semanas de dolor; días oscuros en los que pudo haber muerto la esperanza, pero en cambio, nació una enseñanza de vida. Su testimonio, como sobreviviente de cáncer, lo lleva como un como escudo en manos de un guerrero valiente. Así lo inspira y proyecta José Vallenilla, mejor conocido como Funky Joe, en su carrera como comunicador puertorriqueño. OMB tuvo la oportunidad de aplaudir la vida a través de esta entrevista que te invitamos a leer. 

1. Tantos años siendo Funky Joe… Ya eres uno solo con ese perfil o José Vallenilla, padre y abuelo es un figura distinta que la mayoría no conoce?

Yo soy un tipo que siempre he sido bastante orgánico. Por eso no he querido desarrollarme en lo mismo que mi compañeros, por ejemplo. Soy bastante yo, pero con una mente comercial que filtra todo. Esa es la base de mi comportamiento y forma de conducirme siempre, así que creo que ambos viven en un mundo bastante compartido.  Siendo yo, no distinguido uno de otro. Ni a Funky del papá; ni al abuelo de Funky. 

2. Eres un puertorriqueño con ascendencia venezolana. Tienes vida e historia en ese país. Qué opinión te merece la situación política de Venezuela?

Yo creo que la situación política es el resultado de lo que puede pasar en cualquier país y que ha pasado ya. Ocurre cuando la dejadez se apodera de lo que es importante. Los países tienen que entender que su función es servir a los demás, antes que a ellos mismos.

Maduro fue consecuencia de ignorar a una población pobre y sus necesidades. Las comparaciones que hacemos entre realidades distintas son absurdas. Los gobiernos deben hacerse cargo también de personas sin educación para darle herramientas; porque no todo el mundo es autosuficiente. Igualmente las condiciones actuales son el resultado directo del no ser responsables a la hora de repartir riquezas. 

Todo el mundo debe tener acceso a la posibilidad de desarrollo. Por eso digo que el “panismo” es peligroso, porque nos impide cuidar de la gente vulnerable, privándolos de seguridad, educación y salud, aspectos que debe garantizar cualquier gobierno. Solo así funciona cualquier país, incluyendo Puerto Rico.

3. El público Baby Boomers te reconoce día a día. De qué manera tú distingues o rindes algún tipo de tributo o consideración a esta población a través de tu trabajo en los medios?

Es que como al yo ser baby boomer también, soy un reflejo diario de que no importa cuantos años pasen por tu vida, siempre debe existir el deseo de tomar riesgos, de no dejar morir ilusiones, de vivir, de querer aprender algo bueno cada día. 

La mejor forma de rendir tributo a esta población es vivir la vida correctamente. Si algo funciona en mi, debe funcionar para otros también. Esta es la manera en que me expreso al público baby boomer. Vivo y creo en una filosofía que filtro a través de mi trabajo . 

4. Tu cara es pura sonrisa y vacilón, con qué nutres tu vida para poder ofrecer a los demás, tanta chispa y Alegría?

Pienso que esa parte me la brindan pequeñas alegrías. Me la ofrece mi hijo, mi esposa, mi familia, mis amigos, mi propio trabajo.

Yo recibo mucha alegría a través de mi interacción con los demás. Adicional, hay tantas cosas que me dan verdadero disfrute, que reconozco que mucho viene de Dios. Vivo creyendo que no importa como te sientas, si tu actitud es la correcta, vas a poder bregar con lo que venga. He aprendido que cuando me pongo muy serio, eso viene acompañado de mucho sufrimiento. No vale la pena. 

5. Todo Puerto Rico sabe cómo te cambió la vida después de tu diagnóstico de cáncer. Cómo afronta la pandemia que estamos viviendo, una persona que ya atravesó un percance de salud tan serio?

Yo me acuerdo cuando me dieron el primer tratamiento contra mi tipo de cancer. Fue uno bien intenso por tres meses. Básicamente mata el cancer, pero si te queda una sola célula maligna, en unos meses se convierte en una recaída, que es mucho peor. La recaída es mucho más fuerte y yo tuve esa recaída. Los síntomas fueron terribles. Se me paralizó el cuerpo, se alteraron los valores de la sangre, 20 cosas. Llegó un punto después de casi un mes de sufrir y de “darme contra el piso”, con quimio inyectada al corazón, al cerebro… 

Ya ni me acuerdo. 

En un pinto los médicos vieron mejoría y me mandaron a casa, con la condición de volver si me subía la fiebre. Me subió a 105 y tuve que entrar directo a sala de operaciones. Camino allá, me acuerdo que le dije a Dios: “Tírame con lo que te de la gana. Me cansé de esta jodienda”.  Después de ahí esa ha sido la actitud con la que enfrento todo. Vivo agradecido de estar vivo en un mundo tan vulnerable. Yo no le temo a nada que me pase a mi. Más temo por mi familia y amigos porque es lo único que no he vivido. Perder a alguien que ame con locura. ¿Pero a mi? He vivido mucho y todo lo agradezco no importa la circunstancia.