Por: Cintya Rey, MS
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Si padece de diabetes, aumenta la probabilidad de que pierda la audición.
Los oídos son uno de los órganos que pueden sufrir daño como consecuencia de la diabetes. Incluso, los problemas de audición pueden ser la primera señal de alerta para la detección de la diabetes cuando aún no ha sido diagnosticada. La diabetes puede ocasionar sordera pasajera o permanente. Según un estudio del Instituto Nacional de Salud de los Estados Unidos, las personas con diabetes tienen el doble de probabilidad de perder la audición. Otro estudio halló que algunas estructuras del oído pueden dañarse, lo que ocasiona que los impulsos nerviosos que van del oído al cerebro sean más lentos, por lo que las personas con diabetes podrían tener dificultad para entender diálogos aún sin sufrir una pérdida auditiva.
Se calcula que aproximadamente el 50% de las personas con diabetes mayores de 50 años sufren alteraciones auditivas en distintos grados, por lo que se recomienda someterse a exámenes auditivos rutinarios para prevenir problemas potenciales y así controlar la enfermedad, para evitar otras complicaciones.
El zumbido en el oído puede ser una señal de diabetes o pérdida de audición. Si una persona escucha bien antes de dormir y, al despertar, cree estar sordo tiene que acudir a un especialista de la audición.
Esta situación puede ser señal de diabetes o de pérdida de audición, y es el Audiólogo quien lo identifica. Uno de los síntomas que avisa que el oído está “dañado” es el zumbido o acúfeno incipiente, que puede ser el indicio de que dicho órgano carece de oxigenación suficiente. Tan solo una arteria pequeña irriga la zona del oído. Debido a los cambios metabólicos y vasculares generados por la diabetes, todas las arterias se ven afectadas, especialmente las pequeñas. Al dañarse esta arteria, se produce la sensación de zumbido, pérdida de equilibrio, disminución auditiva (en ocasiones acompañada de vértigo) e incluso sordera súbita en algún oído o la pérdida de la audición hasta en un 40%.
Cuando un paciente tiene una baja audición, un Audiólogo licenciado deberá practicarle estudios para establecer un diagnóstico preciso. Cuando colapsan ciertos vasos sanguíneos, se limita la oxigenación e irrigación. Entonces son los medicamentos los que mejoran y activan la circulación en este órgano. Si se daña el oído porque no hay una oxigenación adecuada, a expensas de los problemas vasculares, el paciente puede sufrir daños significativos en la audición.
La afectación del oído puede presentarse en personas jóvenes y adultas con diversos tipos de diabetes, dependan o no de la insulina.
Una de cada 9 personas en Puerto Rico no oye bien. Una opción para el paciente puede ser el uso de audífonos. Estos deben colocarse en el oído adecuado; de lo contrario, puede dañarse aun más el órgano. Los audífonos modernos han evolucionado de simples equipos de amplificación avanzada a microcomputadoras personalizadas para oír mejor. No importa lo sofisticado que pueda ser su audífono, siempre la meta será mejorar la comunicación.
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