Por: Lic. Indira Molina Cruz
Psicóloga, Autora y Voluntaria en Hogar del Buen Pastor
@organizateconindira
Ayer escuchaba la canción “Hazme un instrumento de tu paz” … y pensaba en lo mucho que me llena el alma el acto de servir. Me di cuenta de que en mi vida he servido de diferentes maneras, desde mi profesión -especialmente-, pero no es hasta ahora, a mis 54 años, que me doy cuenta que he estado siendo un instrumento de paz.
La oportunidad de servir me la ha dado el voluntariado, específicamente en el Hogar del Buen Pastor. El hogar es una entidad sin fines de lucro que alberga a damas y caballeros sin techo. Lleva sobre treinta años sirviendo a esta comunidad que es invisible para muchos de nosotros.
En un principio, a mis 30, llevaba las donaciones de mis clientes al centro de acopio de las Tiendas Joy como un servicio adicional para ellos. Les motivaba a organizar sus hogares, donando todo aquello que no utilizaban y que está en buen estado, y les informaba que todas sus donaciones las llevaba a esta microempresa del Hogar del Buen Pastor, para personas sin techo. Me sentía satisfecha al no tan solo ayudar a mis clientes acumuladores (hoarders) liberándolos de los excesos, sino también por aportar junto con ellos a la Tienda Joy, la cual con sus ventas mantiene el programa de rehabilitación de los residentes.
Actualmente, continúo esa práctica, como un servicio sin cargo a mis clientes, así también los llevo al servicio indirectamente y sienten paz al saber que esos muebles, enseres y artículos del hogar no van a terminar en la basura, sino, que van a impactar las vidas de mujeres y hombres que quieren superarse.
Luego en mis cuarenta, me adentré al servicio dentro del hogar, en la tienda Joy de San Juan, específicamente en el área de acopio y procesamiento de donaciones. Conocía a su directora, y le pregunté cómo podía ayudar a los residentes que son el corazón del Buen Pastor y me invitó a dar talleres también. Entonces conocí más del hogar y de las oportunidades de voluntariado que tenía, pues hay muchas áreas desde donde servir. Los residentes participan de un programa de rehabilitación holística donde reciben asistencia a nivel físico, emocional, espiritual y ocupacional para lograr la meta de reintegrarse a la sociedad en una vida independiente, con su residencia y trabajo. En las microempresas adquieren las destrezas necesarias para emprender o ser empleado y lograr independencia financiera. Logran balance físico atendiendo condiciones de salud y también holísticamente con acupuntura, aromaterapia, sanación pránica, entre otros.
Cada uno tiene su manejador de caso y trabajan de la mano con psicólogos, nutricionista, reuniones de AA y NA, tienen gimnasio y salen a actividades culturales según su tiempo en el programa, ya que pasan por cuatro etapas. En fin, podía aportar en diferentes áreas, pero escogí dos: ofrecer talleres y ser la organizadora profesional para el hogar y sus Tiendas Joy.
Me he dado cuenta de que me encanta ir a las Tiendas Joy como voluntaria porque me conecta más aun con Dios y con mis hermanos y hermanas. Y me siento agradecida de poder poner mis talentos y dones al servicio del pueblo de Puerto Rico, recibiendo y procesando sus donaciones y luego al servicio de los residentes al ver cómo se luce la tienda y cómo disfrutan los clientes al encontrar lo que necesitan o algo antiguo que les hace recordar su niñez.
El servicio en un voluntariado es un instrumento que trae solo beneficios ya que impacta positivamente todo nuestro ser. Desde lo físico, ya que estas usando tu cuerpo, tu mente y tus capacidades, y aprendiendo otras hasta lo espiritual, cuando te sabes como un ente de amor y de compasión. Existen estudios que confirman que se activa en el cerebro el sistema mesolímbico con químicos responsables de la sensación de recompensa. También a nivel psicológico ya que cuando estamos sirviendo conectamos con la confianza, conexión y gratitud lo que aumenta la autoestima. A nivel profesional, y aunque estés retirado/ jubilado, añades valor a la entidad con tu experiencia. Además del altruismo desarrollamos perspectiva sobre nuestra vida, nuestros retos y oportunidades y apreciamos más lo que tenemos. Y para mí lo mejor: conocer personas afines a mis valores y creencias y conocer las historias de los residentes, que me llenan de fortaleza y esperanza para superar mis propios retos.
Date la oportunidad, dona tu tiempo, con tus talentos y dones; haces una gran diferencia en los demás y en ti. Escríbeme a donar@hogardelbuenpastor.org para explicarte sobre todas las maneras que puedes aportar a los residentes y a la misión del Hogar desde sus microempresas y tu voluntariado. Soy la coordinadora de voluntarios estudiantes y adultos, y quiero que te beneficies tanto como yo, sirviendo al prójimo, siendo un instrumento de paz.