Por Sara Pastor
Actriz, Conferenciante.
Ig: sarapastoroficial
Vamos directo al punto, si crees que poner tus necesidades básicas primero es egoísmo, alguien te vendió muy mal la idea. La verdad es que el amor propio no es opcional, es tu equipo para sobrevivir en un mundo que te exprime como si fueras un limón en una margarita.
¿Te han dado ese discursito de que “primero los demás”? Pura mentira. En un avión te dicen que primero te pongas la mascarilla de oxígeno, porque si no, te desmayas antes de ayudar a nadie. Lo mismo aplica aquí: si no te cuidas, no puedes cuidar a nadie. Y punto.
Una de las palabras o de las acciones que no nos enseñan a manejar, es decir, simple y llanamente NO.
¿Te suena familiar? “Ay, claro, yo lo hago” mientras por dentro estás gritando “¡NO QUIERO!”. Basta ya. Decir “no” no te convierte en la villana de la película, pero decir “sí” cuando no puedes, te convierte en mártir. Y las mártires terminan cansadas, frustradas y olvidadas. Si, por que lo más terrible de todo es que a la gente luego no le gusta rodearse de mártires, que se vean mártires.
La cultura del “puedes con todo” es el fraude del siglo. Si estás tratando de ser esa mujer que trabaja 12 horas, cocina gourmet, va al gym, atiende a la pareja si tiene, a la familia, a los amigos y todavía organiza la fiesta de cumpleaños del perro, te tengo noticias: no es sostenible. Haz lo que puedas, pero no cargues el mundo entero en tu espalda. Nadie te lo pidió.
Hay gente que no entiende que priorizarte no es egocentrismo, es lógica básica. Si alguien se molesta porque te eliges a ti misma, el problema es suyo, no tuyo. ¿Te van a pagar el terapeuta? ¿Te van a devolver las horas de sueño perdidas? ¿Te van a pagar el hospital? Exacto. A la fila, por favor y coge un turno.
Vamos a ser claros: no puedes seguir repartiendo tu energía como si te sobrara. ¿Quién te crees, una planta nuclear? Aprende a conservar tus fuerzas para lo que realmente importa. Si no, te vas a fundir y nadie va a venir a arreglarte.
Cuando te priorizas, desafías todas las expectativas ridículas que la sociedad tiene sobre ti. ¿Una mujer que se cuida, pone límites y dice lo que piensa? Eso es un acto revolucionario. Así que sí, cuidarte es un “NO GRACIAS” gigante al sistema que te quiere agotada, callada y dócil.
Esto no es un capricho, es supervivencia. Nadie va a tocar la puerta con un manual de instrucciones sobre cómo ponerte en primer lugar, así que hazlo tú misma. Priorízate, descansa, hazte caso y deja de pedir permiso para existir. Porque, al final, nadie va a cuidarte mejor que tú.
Feliz mes del amor y feliz vida.
