Por: Silvia Muñoz | Coach nutricional | Ig: @silvia_nutricion
Empecemos definiendo qué es niebla mental. Sentirse desmotivado, extremadamente cansado o con ciertas lagunas en la memoria, pueden ser algunos de los síntomas que presenta esta condición. La primera definición que nos viene a la mente, y sin entrar en tratados médicos, ni valoraciones científicas, es como si una espesa nebulosa apareciera en nuestro cerebro, impidiéndonos realizar ciertas acciones, incluso las más ínfimas.
Aunque cada persona es un mundo y sufre unos síntomas distintos, es cierto que la mayoría de las personas que padecen niebla mental presentan unos síntomas muy parecidos. A grandes rasgos pueden ser:
• Dificultad para hablar y encontrar las palabras adecuadas
• Problemas de atención
• Angustia ante la resolución de tareas sencillas y cotidianas
• Incapacidad para concentrarse
Causas de la Niebla Mental
El sistema inmunitario y la niebla cerebral están estrechamente relacionados, ya que ambas funciones están reguladas por el cerebro. Éste es responsable de producir inmunoglobulinas, que ayudan a regular la respuesta del cuerpo a los patógenos causantes de enfermedades. Del mismo modo, la niebla puede estar causada por desequilibrios en el sistema inmunitario, ya que ciertas afecciones pueden desencadenar una inflamación crónica y alterar la química del cerebro.
Por ello, controlar el sistema inmunitario y reducir la inflamación son estrategias fundamentales para una prevención eficaz. Es muy recomendable llevar una dieta saludable llena de alimentos antiinflamatorios.
Conexión con el sistema nervioso central
El sistema nervioso central y la niebla cerebral están estrechamente interconectados y se influyen mutuamente en un complejo bucle de retroalimentación. Por un lado, la niebla cerebral puede estar causada por condiciones que afectan al sistema nervioso, como los trastornos neurológicos como el Parkinson o la enfermedad de Alzheimer. Estas enfermedades suelen alterar el funcionamiento del cerebro y provocar confusión, pérdida de memoria y dificultad de concentración.
Luego tenemos las hormonas del estrés, el cortisol y la adrenalina, que tienen efectos adversos en el cerebro y contribuyen a los síntomas de la niebla cerebral, como la sensación de desconexión de los pensamientos o las dificultades de concentración y enfoque.
Ansiedad y estrés
Cuando se está ansioso o estresado, el cerebro está en un estado de alerta constante, lo que puede llevar a un pensamiento confuso. Además, la ansiedad y el estrés pueden provocar dificultades de concentración, lo que contribuye a la niebla. Si experimenta niebla cerebral, es esencial encontrar formas de relajarse y reducir sus niveles de estrés.
Nutrición
Aunque la niebla cerebral puede tener muchas causas, a menudo se pasa por alto su conexión con la nutrición.
El cerebro es un órgano muy activo y requiere un suministro constante de nutrientes para funcionar correctamente. Cuando no comemos bien, nuestro cerebro no recibe el combustible que necesita para rendir al máximo. Con el tiempo, esto puede conducir a la aparición de niebla cerebral.
Deshidratación
Pocas personas se dan cuenta de que la niebla cerebral puede estar a menudo relacionada con la deshidratación y la falta de hidratación adecuada. Los estudios demuestran que incluso los casos leves de deshidratación pueden provocar un deterioro de la función cognitiva y una reducción de la actividad cerebral, lo que a su vez da lugar a la niebla cerebral. Por eso, a veces la mejor manera de superar la niebla no es tomar suplementos para potenciar el cerebro ni otros medicamentos de venta libre, sino asegurarse de que el cuerpo se mantiene hidratado durante todo el día. Esto significa beber mucha agua, tener una botella de agua a mano y sustituir las bebidas azucaradas como los refrescos o los zumos por H2O puro.
Falta de sueño
Una de las más importantes medidas preventivas, es asegurarse de dormir bien. El sueño es fundamental para la salud del cerebro. Cuando duermes, tu cerebro tiene la oportunidad de descansar y repararse. Esto significa que si no duermes lo suficiente, tu cerebro no podrá funcionar de forma óptima. La falta de sueño se ha relacionado con muchos problemas, como la pérdida de memoria, la dificultad para concentrarse y los cambios de humor. Por lo tanto, si espera eliminar la niebla cerebral, asegúrese de descansar lo suficiente.
Cómo eliminar la niebla cerebral
Aunque la niebla cerebral puede tener muchas causas, como el estrés, la falta de sueño y ciertas afecciones médicas, algunas medidas sencillas pueden ayudar a despejar la niebla y mejorar la función cognitiva:
- Hacer ejercicio con regularidad
La actividad física ayuda a mejorar la circulación sanguínea y lleva oxígeno y otros nutrientes esenciales al cerebro. Además, el ejercicio ayuda a reducir los niveles de estrés y promueve un mejor sueño.
- Alimentación saludable
Una dieta rica en frutas y verduras frescas, proteínas y grasas saludables proporciona al cerebro el combustible necesario para funcionar de forma óptima. Por el contrario, una dieta rica en alimentos procesados y azúcar puede contribuir a la niebla cerebral.
Algunos nutrientes son vitales para la salud del cerebro, como los ácidos grasos omega-3, las vitaminas B y los antioxidantes.
Los ácidos grasos omega-3 son un tipo de grasa insaturada esencial para la salud humana. El cuerpo no puede producir ácidos grasos omega-3, por lo que deben obtenerse a través de la dieta o de suplementos. Los ácidos grasos omega-3 se encuentran en el pescado azul, como el salmón, las sardinas, las semillas de lino, las semillas de chía y las nueces.
Los ácidos grasos omega-3 se han relacionado con un menor riesgo de padecer la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia. Incluir los ácidos grasos omega-3 en la dieta es crucial para una salud cerebral óptima. Si nos aseguramos de comer muchos de estos alimentos ricos en nutrientes, podemos ayudar a mantener nuestra mente aguda y clara.
Mientras que ciertos alimentos pueden ayudar a prevenirla, otros podrían causarla, como los alimentos procesados, los azúcares y la cafeína. También se recomienda evitar el alcohol siempre que sea posible.
- Duerme lo suficiente
El cerebro necesita tiempo para descansar y repararse, un sueño insuficiente puede provocar problemas de atención y concentración. Si tiene problemas para dormir, intente establecer una rutina de sueño regular, que incluya desconectar 30 minutos antes de acostarse y desconectar de las pantallas electrónicas al menos una hora antes de dormir.
- Meditación
Es fácil sentirse abrumado y estresado en el ajetreado mundo actual. Afortunadamente, una estrategia eficaz para tratar la niebla cerebral es la meditación. Al volver a centrar nuestra atención y calmar nuestra mente, la meditación puede ayudar a eliminar el estrés y la fatiga, facilitando que pensemos con claridad y nos concentremos en la tarea.
Además, las investigaciones han demostrado que la práctica regular de la meditación puede incluso cambiar la estructura del cerebro, aumentando la conectividad neuronal y mejorando la función cerebral en diferentes áreas.
- Respiración
Uno de los más eficaces es simplemente concentrarse en la respiración. Estos ejercicios de respiración son una forma sencilla y eficaz de combatir la niebla cerebral. La respiración profunda ayuda a oxigenar la sangre y hacer llegar más oxígeno al cerebro. Este aumento de los niveles de oxígeno puede ayudar a mejorar la función cerebral y reducir la sensación de fatiga.
La próxima vez que te sientas confuso/a, prueba a respirar profundamente unas cuantas veces y comprueba si eso marca la diferencia. Además, intenta tomar aire fresco todos los días. Pasar tiempo al aire libre puede tener enormes beneficios.
- Actividades divertidas
Las investigaciones han demostrado que pasar tiempo haciendo actividades que te gustan puede ayudar a reducir la niebla cerebral. La próxima vez que te sientas confuso, intenta dar un paseo por la naturaleza, escuchar tu música favorita o quedar con tus amigos/as. Participar en actividades sociales que te hagan feliz puede ayudarte a despejar las telarañas y mejorar tu concentración.