Por: Glamaris Valentín Cameron | Editora migentegrande.com

Velar o apoyar a tu padre, madre o abuelo es fácil al principio.  Es una etapa natural de la vida y el cuidador piensa que solo tendrá que comprar medicinas y acompañarlo a los médicos tres veces al año. Con gusto le hace “la comprita” como un acto de amor y agradecimiento. Cuidar a un familiar es tan hermoso que muchos familiares no se identifican como cuidadores, entienden que es su responsabilidad, y es cierto. Pero para toda responsabilidad hay que establecer límites y estar preparado.

Cambios inesperados

La salud física y mental de un adulto mayor puede cambiar de manera súbita y la familia se enfrentará a la necesidad de atender a un encamado, al mismo tiempo que trabajan y atienden a hijos y nietos. La escases de médicos y servicios de salud en Puerto Rico y la ausencia de otros familiares que emigraron buscando mejor calidad de vida, provoca que el familiar que cuida de su adulto mayor viva bajo una enorme presión de necesidades físicas, económicas y emocionales. Lo peor es que esta situación es invisible para el resto de la sociedad y hasta para el propio cuidador que termina sintiéndose solo, desesperado y enfermo.

No te engañes, es una responsabilidad inmensa…

La mayoría de los familiares no tenemos preparación formal para cuidar a un encamado o a una persona con diversidad funcional. Muchos, como yo, entramos en esta etapa sin saber ni cómo medir la temperatura en casos de fiebre. En mi caso, mi padre diabético era muy disciplinado, cuidaba su dieta, hacía ejercicios y él mismo sabía cómo y cuándo necesitaba verificar su glucosa e inyectarse insulina. 

De repente enfermó gravemente y no podía hacerlo por sí mismo y ningún miembro de la familia sabía. La triste consecuencia es que tuvimos que aprender sobre la marcha, lastimando sus dedeos cada vez que había que tomar una gotita de sangre.  Esta y otras situaciones me llevaron a compartir mis experiencias como familiar cuidadora en la página de internet migentegrande.com.  

Hoy les comparto mis consejos para evitar el cansancio físico y emocional que desemboca en el temido síndrome del cuidador quemado o depresión.

¿Qué puede hacer el cuidador?

1. Acepta que eres un cuidador informal. 

Se le denomina cuidador informal a las personas que cuidan de un familiar sin recibir sueldo a cambio. Esto es mucho más que “darle una manita” a papi, mami o los abuelos. Mientras más temprano aceptes que tienes una responsabilidad que puede complicarse rápidamente, mejor podrás responder a las necesidades del adulto mayor.

2. La prioridad es y será siempre el cuidador

¿Has visto que cuando un avión enfrenta una emergencia, el adulto tiene que colocarse la máscara de oxígeno antes que al menor que lo acompaña? De la misma manera, el cuidador debe ser siempre la prioridad. Sin cuidador no hay alimentos, médicos, medicamentos ni calidad de vida para el adulto mayor.

3. Organízate, incluyendo las necesidades tuyas y del familiar que cuidas.

Cuando procures alimento, citas médicas, compras u otras necesidades recuerda que debes suplir las necesidades de ambos. Tus citas médicas deben tener prioridad y toma tus alimentos primero, para que mantengas horarios saludables. Muchos cuidadores esperan a “terminar con el paciente” para comer o tomar sus medicamentos, ahí comienzan los olvidos y descuidos con la salud propia.

4. Sé realista con tus planes y metas

Muchas veces llegué a casa de mi padre planificando hacerle la compra, cocinar, darle un paseo y lavar la ropa. No quieras resolver el mundo en una tarde, es imposible. Las labores de limpieza y mantenimiento no pueden robarte la tranquilidad y la salud. Luego que cumplas con las necesidades básicas de alimento y medicina, toma un rato para conversar en el balcón con tu adulto mayor, de seguro será más saludable para ambos.

5. Estable límites en lo que puedas y no puedas hacer

Tratar de complacer a tu adulto mayor y al resto de tu familia puede causarte demasiada tensión y al final quedarás mal con todos. Desde el principio, y cada vez que enfrentes un reto que pueda afectar tu salud y tranquilidad,  compártelo. Aclara que hay gestiones o situaciones que no puedes resolver y activa a otro familiar. Si estás solo, tendrá que esperar. No temas decirle “no” a tu adulto mayor. Queremos mimarlo y consentirlo, pero no siempre se puede. Cuando enfrentes retos que no puedas completar, explícalo al médico de cabecera o especialista. Ellos pueden sugerirte ayuda.

6. Separa un espacio para descansar

Muchos cuidadores son meticulosos con la salud y los espacios del familiar, pero no con las necesidades propias. El cuidador necesita también un cuarto recogido, limpio y agradable donde pueda descansar y desconectarse. Su esquina para ver televisión debe ser apropiada para descansar la espalda y las piernas.

7. Sueño, ejercicio y descanso son vitales para la salud

Con la misma disciplina que tomas un medicamento, así mismo debes establecer la prioridad de dormir, ejercitarte y descansar. Las tres actividades son vitales para mantener la salud física y mental. Lucha para puedas recargar tus baterías.

8. No abandones tus metas personales

A pesar de que no tendrás tiempo para casi nada, debes mantener las actividades que le dan sentido a tu vida. Tu futuro no debe detenerse. Sigue planificando, aunque ahora más lento,  puedes alcanzar tus objetivos.

9. No te aísles, socializa con amigos o grupos de apoyo

Seguramente el cansancio te quitará los deseos hasta de hablar por teléfono. Esta comprobado que el aislamiento puede agravar situaciones de salud. Haz un esfuerzo, comunícate y desarrolla vida en comunidad.

10. Visita a un profesional de la salud

Visitar a tus médicos y especialistas, y compartir en detalle de los retos que estás enfrentando como familiar cuidador te garantiza una salud óptima. Saca las citas, no las canceles y ve solo. Busca quién cuide de tu adulto mayor. Ese tiempo debe ser sagrado. Recuerda que es mejor prevenir que tener que lamentar.

SOBRE LA AUTORA

La autora es periodista y editora de la página de Internet migentegrande.com que ofrece consejos para los familiares y cuidadores de adultos mayores en Puerto Rico. Además, construye un directorio digital de servicios de salud y calidad de vida para nuestros ancianos. Busca más información  en Facebook y YouTube como Mi Gente Grande y se parte de esta comunidad de cuidadores. Para más información escribe  a info@migentegrande.com.