Por: José Ramón Fortuño Candelas | Profesor de Técnicas de estudio y Memoria | www.nilvem.com
La preocupación entre los Baby Boomers sobre la pérdida de memoria y las capacidades mentales ha alcanzado proporciones considerables. El temor al Alzheimer se ha convertido en una sombra persistente, y aunque la inmensa mayoría no seremos diagnosticados con esta enfermedad, cada vez que se nos olvida algo… temblamos. En lugar de caer en el miedo paralizante, hay estrategias específicas que cada individuo puede adoptar para preservar su función cognitiva y desafiar al olvido.
Causas comunes del olvido
Es común olvidar nombres y citas en la vida cotidiana, pero la mayoría de las veces, esto no está vinculado al Alzheimer.
Factores como el estrés, la falta de sueño, la depresión y el estilo de vida agitado pueden afectar la memoria. La buena noticia es que muchos de estos factores son modificables.
Es muy importante atender los problemas de salud que pueden afectar nuestra memoria. Entre ellos se encuentran la alta presión, el colesterol alto, el estrés, la depresión y la falta de sueño. Consultar con los especialistas y seguir sus tratamientos y recomendaciones puede redundar en mantener a raya ese deterioro de nuestras facultades que tanto tememos.
Mejorar nuestro estilo de vida
Algunos aspectos de nuestra vida diaria podrían estar contribuyendo a esa pérdida de la memoria y podemos hacer las modificaciones necesarias en nuestro estilo de vida. El ejercicio físico es fundamental para el buen funcionamiento de nuestro cerebro. Una alimentación balanceada y rica en vitaminas como C, B12 y E ha sido señalada como una fuente de mejoramiento de nuestras capacidades cognitivas.
También debes incorporar actividades desafiantes para el cerebro, que te reten o te lleven a aprender algo nuevo, para promover la plasticidad cerebral. Entre estas actividades pueden incluirse la lectura, tomar cursos o asistir a talleres o conferencias de diversos temas de interés y juegos electrónicos o de mesa que reten tu cerebro cada día.
La conexión social se ha vinculado a un menor riesgo de demencia. Si te sientes aislado y solo e interactúas poco con los demás, tus facultades mentales podrían deteriorarse. Proponte participar en más actividades sociales y reactivar relaciones familiares y de amistad. No menosprecies el valor de las redes sociales y las aplicaciones de comunicación, ya que las mismas nos permiten socializar aun cuando tenemos problemas de movilidad.
El poder de la Mnemotecnia
Una herramienta valiosa y a menudo pasada por alto en la preservación de la memoria es el uso de técnicas específicas para mejorar la capacidad de recordar: las mnemotecnias. Estas estrategias, usualmente basadas en asociar información con imágenes vívidas, pueden hacer que la memorización sea más efectiva y divertida.
La memoria, como cualquier otra capacidad humana, puede ser entrenada y mejorada con las técnicas adecuadas y la práctica. Lamentablemente, ni de niños ni de adultos aprendemos estas técnicas y estrategias para memorizar mejor.
Y aunque pareciera que esas técnicas son apropiadas para los más jóvenes, enfrentados a retos académicos e iniciándose en sus profesiones, la realidad es que a cualquier edad podemos mejorar nuestra capacidad para recordar. Ese es uno de los descubrimientos más importantes de la neurociencia: la plasticidad cerebral, es decir, que nuestro cerebro sigue modificándose y adaptándose aún en los años de la vejez.
Conclusión
Un programa para el mejoramiento de nuestra memoria debería incluir:
• Atención a los problemas de salud mencionados.
• Ejercicio físico regular.
• Una dieta balanceada.
• Actividades retantes para tu cerebro.
• Incrementar la socialización.
• Aprender técnicas específicas para memorizar mejor.
La preservación de la memoria es un viaje personal que cada Baby Boomer puede abordar con determinación y acción. Incorporar mnemotécnicas en la vida cotidiana, junto con hábitos saludables, puede marcar la diferencia. La clave es abordar la preocupación con conocimiento y tomar medidas proactivas para disfrutar de una vida plena y con una memoria vibrante. La memoria es un tesoro, ¡preservémosla juntos!
SOBRE EL AUTOR
El autor es profesor de Lectura Veloz, Métodos de estudio y técnicas de Memoria en NILVEM, nilvem.com y 787 347-4415.