Por: Miguelina Mateo | Dietista | www.miguelinamateo.com | @miguelina_nutricion
El período de vacaciones debe ser una extensión de buenos hábitos tanto en la alimentación como en el movimiento. Yo siempre digo que hay que plantearse tener una rutina en las vacaciones para encontrar un equilibrio óptimo que nos permita disfrutar de la comida sin perjudicar la salud, que comer fuera no sea una batalla constante entre dar riendas sueltas o vivir en represión.
Una de las cosas que más influyen e inciden en el período de vacaciones en la alimentación, es que el contexto de nuestra rutina cambia, estar fuera y comer fuera de casa, horarios distintos, apetece probar comidas nuevas típicas del lugar donde te encuentras, la compañía, y que tienes que tomar decisiones continuamente sobre qué vas a comer.
Aprender a comer requiere de práctica y estas salidas fuera de la rutina son las que hacen que desarrolles habilidades para tomar buenas decisiones. No alimentar pensamientos como “porque me lo merezco”, “porque estoy de vacaciones voy a comer todo lo que me apetezca”. Al final, los pensamientos que se riegan, crecen; por lo que debemos poner en valor, qué pensamientos son los que queremos hacer crecer.
Claves para cuidarte durante las vacaciones
Podemos incluir varias herramientas que nos ayuden a crear y mantener una rutina de vacaciones.
• Empieza tu día haciendo un desayuno en el que tomes alimentos como: fruta, tostadas integrales, huevo, aguacate, lácteos sin azúcares añadidos, agua, café, etc. Evita la bollería tipo croissant y alimentos altos en azúcares simples.
• Para picar entre horas puedes incluir en tu mochila, mezcla de frutos secos, fruta desecada como pasas, fruta fresca lavada.
• Mantén siempre buena hidratación. La primera elección debe ser agua, y puedes agregar otras opciones como kombucha, agua con gas.
• En tus comidas principales incluye siempre una guarnición de vegetales, acompañado de proteína a la plancha, horno, vapor, etc. Evita los fritos y rebozados.
• Compartir el postre es una buena idea.
• Reduce el consumo de bebidas alcohólicas.
• No te saltes la fruta, inclúyela todos los días.
Que tengas que comer fuera no implica que tengas que comer mal, se pueden hacer buenas elecciones y comer de forma coherente con tus necesidades y objetivos.