Por: Lcda. Keila M. Díaz Morales / RUA 18678
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La violencia económica es una modalidad de violencia doméstica. Para entender esto, vayamos a la raíz. La violencia doméstica no se limita a la violencia física y a los insultos; surge cuando una persona ejerce poder y control sobre su pareja. Una de las formas de hacerlo es en el ámbito económico.
¿Cómo se manifiesta?
Este tipo de violencia se da de múltiples maneras, incluyendo modos muy sutiles. El escenario más común es cuando la víctima se queda en el hogar sin posibilidad de generar sus propios ingresos, pero no es el único. También ocurre cuando la víctima no tiene acceso ni información sobre las finanzas del hogar, no tiene acceso a las cuentas bancarias y tiene que explicar cada gasto en el que incurre. Ocurre además cuando la persona agresora amenaza con el desalojo o el corte de servicios esenciales.
Se da incluso cuando la víctima trabaja o estudia y su pareja interrumpe constantemente su desempeño; cuando tiene acceso a finanzas pero no puede tomar decisiones financieras sin la presión de su pareja o cuando su pareja se aprovecha indebidamente del dinero o los beneficios que corresponden a la víctima.
Todos estos escenarios provocan que la víctima esté en una situación de vulnerabilidad, de falta de autonomía, y que en el peor de los casos se vea impedida de salir de una situación de peligrosidad porque no tiene a donde ir.
¿Qué remedios provee la ley a las víctimas?
La Ley 54 del 15 de agosto de 1989 provee para expedir una orden de protección, ordenar que la persona agresora se aleje y también incluir cualquier remedio que sea necesario. Además, un juez puede ordenar que la parte víctima permanezca en el hogar y que la parte agresora pague la hipoteca o la renta, que la parte agresora no afecte el ámbito laboral de la víctima, que presente información sobre las finanzas en común y que no use indebidamente los recursos económicos de la víctima.
¿Cuáles son las consecuencias legales que enfrentaría quien comete violencia financiera?
Quien comete violencia financiera se expone a que se expida una orden de protección en su contra o que se le procese criminalmente por cometer un delito de naturaleza grave. Ambas opciones conllevan el desarme si tiene licencia de armas y podrían conllevar la supervisión electrónica o grillete.
¿Qué podemos hacer para evitar la violencia financiera?
Educar y visibilizar para poder identificar cuando ocurre, pero también proveer herramientas para evitar que se manifieste. Con eso en mente, celebramos la publicación del cuaderno “El Amor y el Interés…”, el cual promueve que las parejas conversen y lleguen a acuerdos sobre sus finanzas. Sus autoras somos la Dra. Wanda E. Torres Hernández, psicóloga clínica, Anamaris Ortiz Rodríguez, especialista en finanzas conscientes, y esta servidora Lcda. Keila M. Díaz Morales. Disponible en heredarenpaz.com