Por: Sheila Torres Negrón | Ig: @dialectoboricua
Aunque no soy parte de la generación Baby Boomer, me emociona compartirles este contenido, con el que sé que están muy familiarizados. Seguramente, han escuchado estas frases puertorriqueñas cientos de veces, e incluso, gracias a ustedes, sus hijos y nietos también las utilizan. Pero, hoy, aprenderán el origen de estas expresiones, el cómo llegaron a ser parte de nuestro Dialecto Boricua.
Espero que, al momento en que leas estas letras, te sientas “como coco”, o sea, en las mejores condiciones de salud y en óptimas condiciones físicas. Aunque en el español general, se utiliza la frase “estar como un roble” cuando alguien se siente saludable y fuerte, en Puerto Rico, le añadimos un toque más dulce con el coco. Siendo esta fruta deliciosa, superútil, pero también muy dura, sirve como el ejemplo perfecto para referirse a la persona que está en buen estado.
Y, de seguro, entre mejor te sientes, más “alcahueta” eres con tus hijos y nietos. Ya sabemos que, en la isla, un alcahuete es quien consiente y mima en exceso a otra persona, especialmente a sus descendientes. Pero, esta palabra tiene un origen que dista mucho del uso que le damos hoy día. Resulta que “alcahuete” viene del árabe hispánico “alqawwád”, que se refiere a un proxeneta. O sea, el intermediario entre las prostitutas y sus clientes.
Al verse esta figura como una guardiana, se empezó a utilizar la palabra en el español general para referirse a la persona que encubre una relación amorosa, especialmente ilícita. Y los puertorriqueños acogimos ese sentido de protección, pero añadiéndole el amor y los cuidados a nuestros familiares. Ya vemos cómo de algo oscuro e ilegal, un término puede tornarse tierno y sentimental con el tiempo.
¡Y cómo han cambiado las cosas con el tiempo! Es muy probable que sus padres o abuelos hayan crecido utilizando letrinas, una idea inconcebible para las generaciones que van creciendo hoy día. De esas épocas, nace la frase “estar como sapo ‘e letrina” para referirse a que alguien está bien lleno después de coger tremenda “jartera”.
Como podrán imaginarse, en los tiempos de las letrinas, los sapos que habitaban esas áreas tenían comida para escoger, entre las moscas y los demás insectos que se paseaban por los desechos biológicos que allí quedaban. Un sapo de letrina siempre tenía la barriga llena.
La cosa es que los idiomas y los dialectos van cambiando con los años. Para ustedes “estar como sapo ‘e letrina” puede ser una frase muy común, pero sus nietos, quizás, la desconocen, y piensan que es un dicho “del año de las guácaras”. ¿Y qué son las guácaras?
Para nuestros taínos, la guácara era una caverna localizada en República Dominicana, específicamente en Santo Domingo. De ahí puede haber surgido una relación entre lo viejo e inmemorable, pues decir que algo es “del año de las guácaras” es como decir que es del tiempo del hombre de las cavernas. Interesante ¿no? No deja de maravillarme cómo el legado de nuestros taínos sigue tan vivo en nuestra manera de expresarnos, aún sin darnos cuenta.
Y hablando de indigenismos, nuestra última frase: “estar más perdío que un juey bizco”, la cual hace alusión a estar desorientado o confundido.
La palabra “juey” es de origen indoantillano, y se refiere a un cangrejo de tierra. Como saben, el andar de estos animales no es preciso, debido a la forma de pinzas que tienen sus patas. Si a esta falta de estabilidad, le sumamos un problema de visión, es evidente que hablamos de un animal aturdido y turbado. En el Dialecto Boricua, esto se traspola a una persona que tiene un enredo en su mente.
Espero que hayas aprendido algo nuevo con este artículo, y que estas letras te hayan despertado la curiosidad por el resto de nuestras palabras y frases. Si es así, no dudes en buscar más respuestas, tanto en nuestra página web, dialectoboricua.com, como en las redes sociales bajo Dialecto Boricua. Allá, hay contenido “por un tubo y siete llaves”.
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