Les cuento: Yo trabajé en un banco hace muchos años. Un día llega este cliente que ya había sido atendido por el gerente en su oficina, (cosa que ocurre cuando llevan altas sumas de dinero y/o hacen gestiones que el gerente del banco prefiere resolver él directamente). Yo estoy en plataforma sola, porque mi compañera estaba almorzando.
Llega esta otra clienta, bien conocida por nosotros, y va a mi área a solicitar hablar con el gerente, quien había cerrado un poco sus ventanas.
Desde hacía un buen rato había una señora sentada cerca de esta clienta conocida. Como yo estaba ocupada en el teléfono, yo no me percato de esa señora ahí sentada. Estaba tan envuelta que yo perdí la noción de la clienta que estaban esperando, desesperada por hablar con el gerente.

En eso, llega mi compañera de su almuerzo y la clienta me pregunta, “¿pero ¿quién es ese señor que está adentro?”
Y yo contesto: Un ñoco, que no tiene manos para marcar el teléfono, y me tiene hace rato haciendo llamadas y usted esperando. Cuando siento que mi compañera raspa su garganta, me hace señas y bajito me dice: “Esa mujer que ves ahí es la esposa de ese hombre que esta adentro”… ¡Yo por poco infarto del bochorno! Hoy me río, pero en ese momento, pensé que me despedirían.
Afortunadamente no fue así y tuve una nueva oportunidad, en la que aprendí que no se deben hacer esos tipos de comentarios en ningún momento, ya que no sabes quién está a tu lado. ¡Fue tremenda lección!

Eda Aldo

¿Quieres participar en nuestra revista? ¡Esta es tu oportunidad!

Envía tu bochorno a josefina@gdvevents.com con tu nombre real, seudónimo o anónimo y será publicado en la siguiente edición.

Todos los escritos serán evaluados y corregidos -si es necesario- en sintaxis y ortografía.

Conviértete en una parte importante de esta gran familia de colaboradores.

Comments

No comments yet. Why don’t you start the discussion?

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *