Por: Dr. Luis A. Francis | Psicólogo Clínico
Es común escuchar las frases: “Tengo el mono trepao.” o “Ya no me soporto ni a mí mismo.” “Este estrés está acabando con mi vida.” Estos y otros comentarios forman parte del conjunto de frases que describen eso que llamamos estrés crónico o estrés malo. En realidad, el síndrome de estrés crónico es un conjunto de síntomas que se ha acumulado por años y no hemos atendido de manera saludable o responsable. A menudo, obviamos las señales de alarma que nos da nuestro propio cuerpo y en su lugar, insistimos en mantener unas actitudes de resistencia e incluso de negación al daño que nos estamos haciendo. Como resultado de esto, llegamos a un estado de agotamiento o fatiga que nos crea unas condiciones crónicas de salud y una pobre calidad de vida. De hecho, hay personas que en un esfuerzo inútil por intentar vencer ese agotamiento, acuden a medidas que resultan todavía más dañinas a su salud. Por ejemplo, comienzan a abusar de bebidas energizantes, hacen uso desmedido de alcohol, drogas psicoactivas y otra gama de sustancias y métodos que a la larga deterioran más su salud e incluso su propia estabilidad emocional.
De no ser atendido este cuadro clínico, la persona corre el riesgo de desarrollar lo que se conoce como el Síndrome de Quemazón. Este, más allá del agotamiento o la fatiga, crea en la persona unas reacciones de desmotivación emocional e indiferencia cognitiva. Lo que antes era importante para él o ella ya no lo es.
Como me decía una persona en psicoterapia; “Me siento tan agotada que ni siquiera tengo el ánimo de molestarme ni de sufrir.” “No es que estoy cansado, es que ya nada me importa.” Es una etapa complicada donde pueden aflorar trastornos depresivos y de ansiedad que requiere de ayuda psiquiátrica y psicológica.
En busca de una mejor cara del estrés
Si consideras que la calidad de tu vida y tu salud se está viendo afectada por los episodios de estrés presentes en tu vida, no te des por vencido, pues hay opciones. Lo primero, visita tu medico de confianza y pídele un chequeo médico completo. Déjale saber como te sientes y hazte las pruebas de laboratorio necesarias. No pretendas achacarle al estrés todas tus posibles condiciones de salud.
Por otro lado, es importante tener claro que la ausencia total de estrés no es la solución ni lo recomendable. El estrés, puede ser de gran beneficio y ayuda si aprendemos a manejarlo de una manera adecuada y teniendo una actitud positiva ante la vida.
Ese tipo de estrés positivo se denomina Eustrés. Este, nos estimula y nos mueve a atender y poder manejar eficientemente los problemas y los retos que enfrentamos en la vida. Nos permite tomar iniciativas, ser creativos y responder a los azares de la vida. Por otro lado, el estrés malo o crónico que nos enferma se denomina Distrés.
Tanto el estrés bueno (Eustrés) como el malo, (Distrés) le imponen al organismo unas demandas físicas, emocionales y cognitivas especiales. Sin embargo, cuando logramos convertir el Distrés en Eustrés, en lugar de asumir unas reacciones impulsivas, negativas e irracionales, buscamos opciones más positivas, realistas y centradas en soluciones. Es un hecho, que no siempre alcanzamos todo lo que deseamos o creemos merecer en la vida.
No obstante, el proceso de enfrentar adecuadamente las adversidades de la vida nos ayuda a crecer e incluso, mejorar la estima propia. Por lo tanto, la opción frente a los problemas del estrés no es negar que estamos tensos, ansiosos y preocupados. Es reconocer que ante el dolor del Distrés existe la respuesta del Eustrés. Es una perspectiva de sabiduría, que nos permita enfrentar los retos de una manera saludable y centrada en los valores éticos y morales de bien.
¿Cómo convertir el Distrés en Eustrés?
Primero, reconozca que la respuesta de estrés es esencialmente un reclamo que le hace su organismo de cambiar las condiciones externas o aprender a adaptarse a ellas. El Eustrés a diferencia del Distrés, no es una respuesta de pasividad, resignación o intolerancia. Por el contrario, es una adaptación positiva de resiliencia y empoderamiento que le da la oportunidad a usted de poder trascender los obstáculos y alcanzar la paz y la felicidad.
Algunas de las medidas que sirven para fortalecer el Eustrés son:
- Aprender a ser asertivo, cambiar las actitudes de pasividad o de impulsividad.
- Practicar la relajación y/o el yoga. Solicitar ayuda y aprender a delegar.
- Descartar la idea de que necesitas de otros para ser feliz.
- Afirmarse en las creencias y valores de bien.
- Procurar descansar, dormir y comer bien.
- Olvidarte de los asuntos laborales cuando se acabe tu día de trabajo.
- Buscar un pasatiempo saludable. Si te gusta leer, lee un buen libro.
- Aprender a sonreír.
- No descartar el romance y el amor en tu vida.
- No insistir en relaciones tóxicas.
- No hacer uso de drogas ilegales, ni uso desmedido de alcohol.
SOBRE EL AUTOR
El Dr. Luis A. Francis posee un doctorado, Ph.D. en Psicología Clínica. Tiene sobre 40 años en la práctica de la profesión. Se especializa en la intervención psicológica con víctimas del crimen y la atención a personas de edad avanzada con conflictos asociados al estrés y la falta de motivación y esperanza. Tel (787)) 565-1922, luisfrancis1028@gmail.com
This is very helpful information,
There’s a lot of people out there with major health issues because they don’t know how to handle the symptoms of stress.