Por: Yazmira Vázquez
Técnico de Farmacia / Coach de la Salud

Con la llegada del verano, también llegan las vacaciones, los viajes y las actividades al aire libre. La gente puede esperar días de intenso calor y prolongada exposición al sol. El cuidado de la piel debe ser una tarea diaria, no solo en verano. Es fundamental que las personas adopten prácticas seguras cuando se exponen
a los rayos solares. Las recomendaciones de protección solar son más efectivas cuando se consideran varios factores, como buscar la sombra, usar ropa fresca y ligera, gafas de sol, sombreros, sombrillas y, lo más importante, no olvidar el uso diario del protector solar.

Regulación y beneficios de los protectores solares
Los productos de protección solar están regulados por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) como medicamentos de venta libre (OTC). La evidencia científica respalda la utilización de estos productos para minimizar el daño a la piel a corto y largo plazo causado por los
rayos del sol. El uso de protector solar puede ayudar a prevenir el cáncer de piel. No importa la tonalidad de la piel; el cáncer puede presentarse si no se toman medidas de prevención. Además, el protector solar también puede ayudar a prevenir el envejecimiento prematuro de la piel, como las arrugas y las manchas de la edad causadas por la sobreexposición a los rayos UV.


Conociendo el tipo de piel

Lo primero que se debe considerar es estar al tanto del tipo de piel que se tiene. Para ello, los dermatólogos utilizan el sistema de Tipos de Piel de Fitzpatrick (FST), que es una técnica de clasificación de la piel basada en su respuesta a la exposición al sol, específicamente en cómo la piel se quema o se broncea. De
esta manera, se puede evaluar el riesgo de daño solar y guiar a las personas en cuanto a tratamientos dermatológicos y cosméticos adecuados.

  • Tipo I: Piel muy clara, siempre se quema y nunca se broncea.
  • Tipo II: Piel clara, generalmente se quema y se broncea muy
    poco.
  • Tipo III: Piel clara a media, a veces se quema y se broncea
    gradualmente a marrón claro.
  • Tipo IV: Piel moderadamente pigmentada (color oliva), rara vez
    se quema y se broncea bien.
  • Tipo V: Piel marrón, muy raramente se quema y se broncea
    intensamente.
  • Tipo VI: Piel negra, nunca se quema y se broncea
    profundamente.
    Consideraciones de estilo de vida
    A la hora de comprar estos productos, es importante tener en cuenta el estilo de vida. No es lo mismo utilizar un protector solar para trabajar en la oficina que para realizar actividades al aire libre, como un día de playa jugando al beach tennis. Seleccionar el producto adecuado para cada situación asegura una protección eficaz y fomenta su uso regular, maximizando así los beneficios para la piel.
  • Para uso diario en interiores, si se trabaja en una oficina, es recomendable un protector solar con SPF más bajo, ligero y no graso, asegurando comodidad y protección al mismo tiempo.
  • Para actividades al aire libre se debe escoger un protector solar siempre de amplio espectro y un SPF más alto, que sean resistentes al agua y al sudor, ofreciendo una protección duradera.
  • Para personas con preocupaciones cosméticas, protectores que contengan ingredientes adicionales como los antioxidantes (vitamina C, vitamina E) que ayudan a combatir los radicales libres.

    ¿Qué es el SPF?
    El SPF o Factor de Protección Solar es una medida de la capacidad de un protector solar para proteger la piel de la radiación ultravioleta B (UVB). Estos rayos son responsables de las quemaduras solares y pueden contribuir al cáncer de piel.
    Este número indica cuánto tiempo más se puede estar al sol sin quemarse en comparación con no usar protección. Por ejemplo, un protector solar con un SPF de 30 significa que, teóricamente, se puede estar al sol 30 veces más (300 minutos) sin quemarse que si no se utilizara protector solar.
    ¿Qué es la radiación UV?
    La radiación ultravioleta (UV) es el principal peligro físico ambiental al que se enfrenta la piel. Esta se clasifica por la longitud de onda, expresada en nanómetros.
  • UVA: Penetra más profundamente en la piel, es responsable del envejecimiento prematuro y puede contribuir al cáncer de piel. Se subdivide en UVA1 y UVA2.
  • UVB: Es responsable de las quemaduras solares y de la mayoría de los cánceres de piel. ¿Qué es el espectro?

En el caso de los protectores solares, el espectro se refiere a la gama de longitudes de onda de la radiación ultravioleta (UV) que
el producto puede bloquear y absorber para proteger la piel. Los protectores solares de amplio espectro están diseñados para proteger contra los dos tipos principales de radiación que afectan la piel. El término “amplio espectro” en la etiqueta de un protector solar significa que el producto ha sido probado y demostrado que proporciona protección contra ambas formas de radiación.


Ingredientes comunes en los protectores solares:

  • Filtros físicos (minerales): Óxido de zinc y dióxido de titanio, que reflejan y dispersan la radiación UV.
  • Filtros químicos: Como la avobenzona, que absorben la radiación UV para proteger la piel. Protección contra la luz visible: No todos los protectores solares ofrecen protección contra la luz visible. Por esta razón, la Academia Americana de Dermatología recomienda buscar un protector solar con filtros físicos que contengan óxido de zinc y dióxido de titanio. Los antioxidantes con ingredientes como la vitamina C, vitamina E y otros compuestos herbarios pueden ayudar a neutralizar los radicales libres generados por la exposición a la luz visible, reduciendo el daño oxidativo en la piel. Además, los protectores solares pigmentados que contienen óxido de hierro son especialmente útiles para las personas susceptibles a la hiperpigmentación inducida por la luz visible, que puede causar manchas oscuras o parches en la piel.
    Para finalizar, con toda esta información, podrán convertirse en expertos al buscar la alternativa correcta de protección solar.
    Para una protección óptima, se debe aplicar el protector solar de 15 a 30 minutos antes de la exposición al sol. Como medida de aplicación, se recomienda usar la cantidad equivalente a dos dedos de la mano. La reaplicación es clave y debe realizarse cada dos horas cuando se está al aire libre, en la playa y después de sudar o nadar, sin importar el número del SPF. Por último, el protector solar debe aplicarse por la mañana como el último paso en la rutina de cuidado de la piel antes del maquillaje.