Con más de 20 años de transmisión continua, su nombre y su voz, ya son una marca local. Aixa Vázquez es reconocida por los puertorriqueños que sintonizan Wapa TV, para ver “Noticentro Al Amanecer”.
Es cara de la información, en los eventos que impactan el curso social, político y económico del país. Aun así, su persona está atada al cariñoso apodo de “Tití Aixa” (que surge de manera espontánea, cuando comenzó a felicitar a personas en su cumpleaños, a través de la pantalla).
Su vida profesional no es un capítulo aparte de la mujer que ella representa. Todo lo contrario. Su vida personal es ampliamente conocida -y admirada-.
Criada en el residencial Llorens Torres, prevalecieron sus valores y su voluntad, para que la influencia del ambiente externo no le impidiera desarrollarse y destacarse positivamente.
También es de conocimiento público su boda en el 2022 con Mario Torres y muchos recordarán la propuesta de matrimonio que sorprendió en vivo a la periodista.
Su boda, su embarazo, sus gemelos Lorenzo y Leonardo, son algunos de los capítulos de su gran historia.
No es la novela rosa que pintan los libros y la televisión. Es un cúmulo de eventos prácticos y reales que suman un amor genuino. En honor al sentimiento más grande que mueve al mundo; Aixa Vazquez, la que ama con pasión y es amada por su nación.
- Tú has roto muchos esteoreotipos y prejuicios: Profesional exitosa -con origen en un Residencial público- mamá después de los 35; boda después de los hijos. ¿Qué le dirías al público conservador que tiene miedo de romper esquemas para alcanzar el amor y la felicidad?
Le diría que en el amor no hay esquemas. El amor es algo sobre lo que no tenemos control. En mi caso, por muchos años esperé que llegara el amor a mi vida. Cuestionaba a Dios por qué mis amigos tenían pareja y yo no. De joven tuve varias relaciones, pero ninguna muy duradera o estable. Anhelaba enamorarme y tener una familia numerosa. Finalmente, el amor llegó a mi vida cuando tenía 30 años. En ese momento me sentí muy dichosa y privilegiada porque llegó de la mano de una persona extraordinaria, Mario Javier.
Cuando nos conocimos él tenía una hija, Paola Sofía de seis años. Él no estaba convencido de querer más hijos, pero estaba consciente que mi mayor anhelo era ser madre. Durante los primeros años de relación no tuve la preocupación o prisa de formar una familia, o sea, tener hijos. Pensé que todo iba a ocurrir en su momento. Sin embargo, al cabo de siete años, más o menos, de relación empecé a preguntarme por qué no había quedado embarazada cuando nunca lo evitamos. Comenzamos entonces a indagar qué estaba pasando y fue así como recibimos ayuda profesional para quedar embarazados. Necesitamos algo de estimulación de ovulación para que hubiese más oportunidades de embarazo. Luego del primer tratamiento, gracias a Dios, estábamos en la dulce espera. Sabíamos que había una alta probabilidad de que fuera un embarazo múltiple. Así le dimos la bienvenida a esos dos pequeños que estaban creciendo en mi panza, Lorenzo Javier y Leonardo André. Hay muchas cosas en la vida sobre las que podemos tener control. Pero el amor no es una de ellas. No sabemos si nos llegará, no sabemos con qué rostro nos llegará, no sabemos cuándo, dónde y en qué circunstancia. Eso sí, siempre hay que estar abiertos al amor partiendo, inicialmente del amor propio para así no tomar decisiones incorrectas que eventualmente nos lleven a una decepción. En cuanto a la felicidad, creo que es relativa. Para mí la felicidad es vivir plenamente, tener una familia unida y poder servir a otros en mi vida personal y a través de mi trabajo.
- Tu carrera requiere viajes y mucho sacrificio de tiempo de pareja y familia. ¿Cómo logras de llenar de calidad tus relaciones, en el espacio que tu profesión te permite?
Compaginar trabajo y familia es posible. En el caso de las mujeres se nos exige excelencia en todos nuestros roles: como madre, como esposa, como hija, como profesional. Personalmente, soy muy exigente conmigo misma, aunque tengo claro que no soy ni quiero ser perfecta.
Aunque me gusta dar siempre el máximo. Mi familia es mi prioridad, pero también soy una apasionada de mi profesión que no veo como un trabajo, sino como una honrosa responsabilidad. Por eso, por ejemplo, cuando me toca viajar como parte de alguna cobertura periodística, siempre que puedo, busco la manera de que mi familia me acompañe y tenerlos cerca. Eso si, sin que su compañía se inmiscuya ni afecte mi trabajo. El tenerlos cerca me da, además de felicidad, tranquilidad.
- Tú y tu compañero de vida, llevan más de 15 años como pareja. ¿Qué sientes qué es el aporte más valioso que tú le ofreces a él y cómo él, te complementa a ti?
Mario ha sido de gran bendición en mi vida. Llegó justo en el momento en el que necesitaba esa tranquilidad y estabilidad que él trajo a mi vida. Nunca me ha pasado por la mente plantearme qué le aporto yo a él, pero sí estoy clara de todo lo bien que él ha aportado a mi vida así. Aunque tiene caracter fuerte es un ser noble, íntegro, trabajador, entregado a su familia, protector y amoroso. Me parece que hemos hecho un gran equipo, fundamentado en el amor y en en el compromiso genuino que tenemos el uno con el otro y con la familia que hemos formado. Ya son 16 años juntos, así que me parece que lo estamos haciendo bien.
- En entrevistas anteriores has expresado que el huracán María fue un golpe muy duro, por tu trabajo y rol de madre de niños pequeños. ¿Qué enseñanza te dejó eso? ¿Cambió de algún modo tu forma de ver tu profesión?
El huracán María fue un reto en mi vida personal y profesional. Como periodista uno desea ser parte de los momentos más importantes en la historia de tu País. Partiendo de eso, para mí nunca fue opción quedarme en mi casa y no trabajar. Tengo una responsabilidad con mi familia, pero también con el pueblo para quienes, en momentos de emergencia como la que suponen los fenómenos atmosféricos, los medios de comunicación nos convertimos en sus ojos.
Mario no creyó que hablaba en serio cuando le dije que iría a trabajar. Se enfadó mucho cuando esa madrugada del 20 de septiembre de 2017 salí rumbo a Wapa TV. Tengo que admitir que en el fragor de la cobertura, a medida que el huracán entraba con furia y al ver los estragos, me preocupé. Mi fotoperiodista y yo nos quedamos pillados en el área metropolitana entre inundaciones, árboles y postes caídos. Las comunicaciones colapsaron, así que perdimos contacto con el canal y, peor aún, con nuestras familias. Aunque consciente que Mario y nuestros gemelos estaban en un lugar seguro, no saber de ellos me provocó gran angustia. El vehículo oficial del canal se inundó. Con suerte pudimos salir y sacar el equipo. Luego de varias horas pudimos llegar al canal caminando para luego salir a toda prisa a casa. Me tomó casi tres horas llegar a mi hogar. Sin duda, fueron horas de muchas e intensas emociones. Esa cobertura y la del primero de mayo (Día Internacional de los Trabajadores) de 2018, han sido las que me han mostrado lo vulnebrable que soy, pues en ambas sentí que mi vida estuvo en riesgo real. En mi mente estuvieron siempre presentes Lorenzo, Leonardo y Mario.
Ambas coberturas no cambiaron mi visión de mi profesión, por el contrario, me reafirmaron el compromiso que tenemos los periodistas de informar y de ser los ojos del pueblo para llevarle estos acontecimientos que son parte de la historia del País. Mi familia sabe el amor que les tengo, pero también conocen de mi entrega y mi pasión por mi trabajo. No cambiaría nada. Lo haría todo igual.
- En nombre del amor han muerto muchas mujeres, víctimas de sus parejas. Como persona femenina de influencia, ¿Qué le dirías a alguien que te lee, que quizás se encuentre en un ciclo de violencia -física o emocional? En tu opinión, ¿Cuál es la bandera roja que no debe ignorar?
Como mujer que buscó el amor durante mucho tiempo, soy consciente que se hace muy difícil conseguir a esa persona ideal con la que uno busca pasar el resto de su vida. Esa difícil búsqueda o espera, nos puede llevar a tomar decisiones incorrectas. Cegarnos y ver solo las cosas buenas de esa persona pasando por alto señales y comportamientos que pueden ser indicio de que algo no anda bien en esa relación.
Lo principal es el amor propio. Si nos amamos y nos valoramos no permitiremos que nadie nos haga daño, pues solo querremos lo mejor para nosotros. Partiendo de eso, no podemos justificar cuando una pareja nos alza la voz, nos insulta, nos levanta la mano y nos agrede. El más mínimo gesto o acción que nos haga daño es indicativo de lo violenta que es esa persona. Cualquier situación, por mínima que parezca, que nos haga sentir incómodas debe ser bandera roja. Quien te ama y quiere bien, solo desea tu éxito personal y profesional. Quiere ayudarte a cumplir tus sueños.
- Cómo terminarías tú la frase, “El amor y el interés fueron al campo un día…”
y pudo más el AMOR -que el interés que algunos creen que se tenían-.
La “ñapita” picante de Aixa:
¿Champaña o chocolates?
La champaña con chocolates juntas son una combinación perfecta.
¿Perfume o Joyas?
Perfume – las joyas son algo material. Aunque puede que para muchos las joyas tengan más valor, prefiero oler bien y no tener joyas, que estar repleta de prendas y olor feo.
¿Rosas rojas o blancas?
Confieso que no tengo una flor favorita, todas son bonitas. Una rosa roja transmite sensualidad, la blanca ternura. Dependiendo la ocasión.
¿Cena romántica en casa o en restaurante?
Admito que desde que nacieron los gemelos hace ocho años y medio no tenemos una cena romántica solos. Aunque son momentos muy especiales, no cambiamos por nada el sentarnos a disfrutar de la cena en familia todos juntos. Puede que eso no parezca nada de romántico, para para nosotros estar con nuestros niños son momentos que atesoramos.
¿Amigos con derecho, sí o no?
Además de mi amante, considero a Mario mi mejor amigo. Por 14 años (hasta que nos casamos) fuimos amigos con derecho.
¿Luna de miel en la playa o montaña?
Soy 100% playera. Me encanta estar bronceada. Mario es más de campo, así puedo tranzar de vez en cuando.
¿Encaje o seda?
Seda – me encanta como se siente al contacto con la piel. Me siento sensual cuando visto de seda y en sábanas.
¿Rojo o negro?
Negro – transmite sensualidad y misticismo
¿Luz encendida o apagada?
Luz apagada con una vela encendida a distancia.