Por: Astrid Patiño de Graterol | Asesora en baja carga tóxica 

El mundo de las toxinas es fascinante. Tanto así que se ha vuelto mi tema de estudio y pasión por varios años y me gusta poder compartirlo con muchas personas para que aprendamos juntos de este tema. A veces puede ser abrumador mientras más leemos de ello, pero a mí me gusta hablarlo de una manera sencilla para que más personas aprendan del tema y tomen decisiones desde el conocimiento y no desde el miedo.

Empecemos por una definición importante: ¿qué son las toxinas? Son sustancias que pueden ser creadas por el hombre o por nuestro cuerpo y que pueden afectar nuestra salud si existen en exceso. Nuestro cuerpo es una máquina inteligente y como tal tiene sistemas de desintoxicación que ayudan a eliminar estas toxinas de manera natural (como el hígado, riñones, piel a través del sudor, colon).

Pero en este mundo moderno, estamos expuestos a más toxinas de las que nuestro cuerpo puede eliminar y ocurre lo que se llama la carga tóxica, que no es más que la acumulación de toxinas y sustancias químicas en el cuerpo que ingerimos de una variedad de fuentes: alimentos que ingerimos, productos que usamos sobre nuestra piel y cuerpo, y/o productos que utilizamos en nuestras casas.

Tenemos la idea que lo que venden en tiendas es completamente seguro, porque confiamos que no nos van a vender algo que puede afectar nuestra salud, pero en Estados Unidos y varios países del mundo no existen leyes que regulen ingredientes dañinos o tóxicos en los productos. Es más, en un estudio hecho por la Universidad George Washington, se concluyó que un hogar promedio contiene alrededor de 45 sustancias tóxicas. FUENTE: (https://www.nrdc.org/resources/not-just-dirt-toxic-chemicals-indoor-dust)

Dicho esto, quiero que partamos de un punto importante: nadie puede evitar por completo la exposición a sustancias químicas tóxicas, pero sí es posible reducirla significativamente. Y mi tip #1 que quiero regalarte es: enfócate en las cosas que haces a diario, y empieza a buscar sustitutos allí.

Voy a compartirte tips de cómo hacerlo más fácil en casa:

COCINA:

• Sustituye las ollas antiadherentes. Al alcanzar altas temperaturas, éstas liberan en tu comida y el aire que respiras toxinas como PFA, considerada la toxina “eterna” porque se mantiene en el cuerpo por años y no se elimina. Sustituye por ollas y sartenes de hierro fundido o acero inoxidable.

• Evita usar envases plásticos para almacenar tu comida o calentarla ya que contienen BPA, un químico industrial dañino ya que altera las hormonas y es considerado cancerígeno. Sustituye por envases de vidrio para almacenar tus alimentos.

• Los enlatados nos salvan en una emergencia, pero evita el consumo constante de alimentos enlatados ya que las latas contienen BPA: disruptor endocrino y cancerígeno. Siempre que sea posible, prepara tus propios alimentos. Es más sano. En caso de que prefieras comprarlos hechos, busca los que vengan en envases de vidrio.

BAÑO:

• La cortina de baño plástica puede ser muy decorativa pero ese olor a “cortina nueva” cuando compras una de vinilo ya es una señal que contiene gases tóxicos. Sustituye por cortinas de algodón, bambú natural, hemp o seda.

• Nada más fácil que usar aromatizadores en spray cuando hay un mal olor en el baño, pero están cargados de fragancias sintéticas que afectan tus hormonas y sistema respiratorio. Sustituye por un difusor con la combinación de tus aceites esenciales favoritos. Te recomiendo aceites esenciales cítricos que ayudan también a limpiar el ambiente.

CUARTO:

• Los colchones convencionales están hechos en su mayoría de espuma de poliuretano, que libera compuestos orgánicos volátiles, así como retardantes de fuego que se emanan y son absorbidos por la piel durante la vida del colchón. Sustituye por un colchón orgánico hecho sin sintéticos o utiliza un forro de colchón hecho de un tejido natural con alto número de hilos.

• Varios estudios sugieren que la exposición a la radiación emitida por el celular hace que las personas tarden más en alcanzar las etapas más profundas del sueño y pasen menos tiempo en ellas. Carga tu teléfono y aparatos electrónicos por lo menos a 2 metros de distancia de tu cama o mejor aún, afuera de tu cuarto cuando vayas a dormir.

LAVANDERIA:

• Aunque estés lavando tu ropa, muchos ingredientes tóxicos quedan pegados en ella creando reacciones en tu cuerpo como alergias, afecciones en las vías respiratorias, entre otros. Sustituye por jabones con ingredientes limpios, libres de fragancias sintéticas. Busca unos que tengan fragancias naturales.

• Los conservantes más preocupantes en los suavizantes incluyen la metilisotiazolinona, un potente alérgeno de la piel, y el glutaral, conocido por desencadenar asma y alergias en la piel. Sustituye por vinagre blanco destilado. Te prometo que tu ropa no olerá a vinagre y quedará suave.

• Las toallitas de secadora contienen sustancias químicas que reaccionan con el aire caliente creando formaldehído. Otros contaminantes comunes son el acetaldehído y el benceno, que también se encuentran comúnmente en los gases de escape de los carros. Sustituye por bolas de lana que además ayudan a que el secado sea más efectivo y ahorra tiempo. ¿Quieres que tu ropa huela rico? Agrégale unas gotitas de Lavanda o tu aceite esencial favorito.

Como último tip te recuerdo: Solo sustituyendo un producto en casa que utilices a diario, ya ayudas a tu cuerpo a reducir la carga tóxica. Recuerda que esto es un proceso que vas a hacer un paso a la vez para acercarte a tu versión más saludable.

Si quieres aprender más de este tema puedes entrar en mi IG: http://Instagram.com/TheUntoxinMovement o si prefieres recibir asesorías personalizadas adaptadas a tus necesidades, puedes agendar tu cita aquí: https://theuntoxinmovement.myflodesk.com/untoxin1a1

SOBRE LA AUTORA:

Astrid Patiño: Es asesora en baja carga tóxica y Functional Medicine Health Coach Candidate (2024). 

Creadora TheUntoxinMovement para asesorar a la personas de manera fácil acerca de los peligros de la exposición diaria a sustancias químicas tóxicas y con tips sencillos ayudar a hacer la transición a un estilo de vida más saludable.