El cansancio extremo y el agobio constante son enemigos de la salud mental. Un cuerpo agotado y una mente demasiado comprometida dan ventaja a condiciones como la depresión o la ansiedad; pues hay una cierta relación entre la fatiga y dichos trastornos.
Los Baby Boomers enfrentan múltiples desafíos, ya sea porque trabajan dentro o fuera de la casa; o porque tienen ciertas responsabilidades en sus roles de padres o abuelos.
¿Qué puede romper el ciclo de la cotidianidad que amenaza el gusto y placer por la vida? Algo tan simple como unas vacaciones.
Algunos de los beneficios específicos que los Baby Boomers pueden experimentar al desconectarse de la rutina, son:
- Estimulación neurológica:
Aprender sobre un nuevo país, su cultura, costumbres, visitar museos, conocer y explorar, suponen un desafío a la mente. Es estimulación intelectualmente enriquecedora para mantener un cerebro activo.
- Menos estrés:
Tomar vacaciones significa alejarse de las preocupaciones diarias. Las obligaciones del día a día quedan atrás, para abrir paso a un tiempo de disfrute y placer.
- Rejuvenecimiento:
¡Sí! La renovación mental y la recarga de energía, ayudan a las personas conectarse consigo mismas, reflexionar sobre sus prioridades e incluso descubrir nuevas pasiones e intereses. Es vitalidad y la vitalidad está asociada a la juventud.
- . Mejora las relaciones interpersonales:
Las vacaciones también regalan una oportunidad para fortalecer las relaciones interpersonales de los Baby Boomers. Pues supone pasar tiempo de calidad con familiares o amigos, además de las memorias que quedarán guardadas en la mente y el corazón.
Las vacaciones son más que un lujo. Son una estrategia de bienestar general que todo Baby Boomer merece disfrutar.
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