Por: Dr. Dennis Rios Roman | RR Psych PSC – Servicios Psicológicos | Tel: 787-612-7997 | Correo Electrónico: rrpsych.psc@gmail.com | Facebook: @rrpsychpsc

La Organización Mundial de la Salud, reporta que cerca de ochocientas mil personas se suicidan anualmente. El suicidio es la causa número 14 de muertes a nivel global y se define como un acto destructivo, autoinfligido y fatal que se realiza con la intención implícita o explicita de morir. Aunque las estadísticas son de dominio público, no todas las personas están tan consientes de la magnitud del suicidio. Aquellos y aquellas que atienden pacientes en el área de la salud mental, posiblemente sean los que más están al tanto de dicha magnitud, ya que regularmente, muchos pacientes expresan en sus citas, ideas suicidas o pensamientos de muerte. Además de las oficinas de servicios psicológicos y/o psiquiátricos, existen las líneas de crisis que son cuadros telefónicos, atendidos por profesionales de la salud mental y que brindan servicios 24 horas 7 días a la semana, donde diariamente también se trabajan estos casos. En niños, niñas y adolescentes, aunque la tasa de suicidios no ha aumentado, los pensamientos de muerte y suicidio sí han aumentado. Hay más niños y niñas que verbalizan querer morirse o no desear vivir.

Muchas personas tienen miedo al hablar de sus pensamientos de muerte o pensamientos suicidas ya que existen ciertos mitos y tabúes, relacionados a la búsqueda de ayuda en el área emocional, que no necesariamente ocurre con otras áreas de la salud. Las personas, tienden a intentar manejar sus emociones por sí mismos, sin exteriorizarlas ni hablarlas con algún profesional de la salud mental. En otros casos, por temor a que se les señalen de ser personas débiles, con poca fuerza de voluntad o con pobre control de sus emociones, no verbalizan sus aflicciones. 

Por último, por el temor a que le envíen a algún hospital de salud mental, prefieren guardar sus sentimientos y por ende no pueden recibir la ayuda necesaria.

A continuación, se comparten algunas recomendaciones para colaborar con las personas que pudieran estar presentando pensamientos suicidas:

. Si un familiar, amigo o conocido comparte con usted algún pensamiento de muerte o de suicidio, en vez de juzgarle, sermonearle o minimizar su queja, entienda que el solo hecho de compartir con usted su pensamiento, es una manera de buscar o pedirle ayuda.

. En caso de que alguna persona que usted conozca manifieste algún pensamiento suicida y no desea recibir la ayuda de manera voluntaria, sepa que existe una ley que permite que una persona reciba servicios de salud mental en o antes de 24 horas de forma involuntaria. Esta ley se le conoce como la Ley 408 y pudiera salvaguardar la salud, integridad, seguridad y vida de un paciente involuntario. (Esta involuntariedad, en ocasiones surge a causa de exacerbaciones en sus emociones, afectando la sana toma de decisiones. En otros casos pudiera responder a alguna decisión totalmente consciente, donde la persona simplemente no desee recibir el servicio y también pudiera responder como consecuencia del uso de alcohol u otras sustancias que le impidan un buen análisis a la hora de contemplar acciones y consecuencias).

. Cuando se atienden pacientes que buscan ayuda por primera vez, se les deja saber que los servicios son confidenciales, pero que de entender que su vida o la de otros está en riesgo, el o la especialista debe intentar salvaguardar su salud y ese principio de confidencialidad a veces tiene que romperse. De sospechar que un paciente tiene pensamientos suicidas, hay que actuar inmediatamente en pro del bienestar de paciente.  Actuar inmediatamente conlleva a atenderle de la mejor manera, con la finalidad de manejar, minimizar o erradicar los riesgos presentes. 

En muchas ocasiones, el paciente se involucra en el tratamiento y por la confianza le deja saber a su especialista que ha tenido pensamientos suicidas. Si se logra obtener un compromiso genuino y un cese de estas ideas, no es necesaria una evaluación en hospital. Otros pacientes, por el temor de que les hospitalicen, no son honestos y no expresan la verdad de sus pensamientos, aun teniendo ideas de muerte.

A continuación, detallamos otros factores importantes relacionados al bienestar emocional: 

. Un ambiente de respeto en los distinto entornos sociales, como por ejemplo la familia, las escuelas, universidades, trabajo, como en cualquier otra área donde tengamos que socializar.

. Aprender a manejar emociones, frustraciones y a su vez cooperar para que seres queridos también aprendan a manejarlas.

. Fomentar una cultura de inclusión y no de exclusión.

. Identificar recursos humanos que permitan sacar de la rutina a los y las más jóvenes y mantenerles activos en cosas productivas, (deportes, artes, música).

. Es de suma importancia la cooperación del adulto para con nuestros más pequeños. De esta manera se estará aportando para un desarrollo más estable emocionalmente. Empoderarles, dejarles saber que posiblemente puedan encontrar en la vida muchos otros niños que intenten molestarles, reírse de ellos y ellas, señalarle alguna característica que entiendan distinta a otros y otras; Por tanto, se procurará hacerles reconocer que las diferencias no están mal y que “Está bien ser diferente”