Por: Diego Melendez Berdeguer | Antropólogo y Escritor

Es cierto, la realidad es la mayor trituradora de mentiras con que cuenta la vida. Al retirarse un trabajador, de golpe y porrazo ingresa a esa maquinaria trituradora. Su experiencia inmediata mantenida durante 30, 40 o 50 años de trabajo continuo, desaparece. Advierte que en realidad vivió en una burbuja impermanente, aislante y protectora. Entonces choca con la realidad y descubre que la cotidianidad que había enmarcado su vida constaba de una profunda mentira efímera, breve y transitoria como la vida misma. Este vacío causa estragos en la psiquis de los individuos. De golpe aislado y solo enfrenta una realidad transformada en un mundo decapitado tras años de sometimiento a la labor cuya estructura se basaba en el trabajo remunerado, el hogar, los hijos y la vida social de parientes y amistades subsecuentes a la operabilidad del sistema donde estaba inserto. El retiro se convierte en un mecanismo de segregación, un “apartheid” donde los individuos trabajadores son marginados y echados a un lado. En la mayoría de los casos ofrece una escasa pensión que los subordina a integrarse a la vida de pobreza que en el Puerto Rico de hoy alcanza un 40% de la población.

Sin embargo, la gran mayoría de los adultos mayores conforman un sector fuerte, académicamente preparado, peritos en trabajos diestros, sobreviviente a desastres naturales y pandemias. Es una población que ha padecido las calamidades con las que los gobiernos de turno han puesto en precario decidiendo arbitrariamente lo que son servicios esenciales, de salud y cuidados. Los adultos mayores han sobrevivido a las decisiones de esos políticos que en nada toman en cuenta el bienestar del pueblo al que juraron servir, y que se caracterizan a viva voz por legislar en favor de sus propios intereses.

Como lo hace cualquier maquinaria afectada por el sobre uso, debido a su vivir longevo, a los adultos mayores al entrar en años el cuerpo se les reciente. Sin embargo, echan pa’lante. Resisten pese a contratiempos de perdidas familiares y el calentamiento global, y su secuela de que, en vez de partirse el mar para dejarles pasar, se levanta amenazante para azotarlos a todos por igual.

Pero hay más obstáculos en el camino de esos sobrevivientes que pasan los 60 años. Por lo bajo se les reciente generacionalmente. En su lucha por ocupar sus plazas, las generaciones más jóvenes empujan ansiosos por ocupar su relevo. Y sucede como la película de Tiempos Modernos de Charlie Chaplin, donde la secuencia en la línea de ensamblaje se retrasa, se perturba, no avanza. Claro todo se debe a la materialización de las prioridades y el triunfo de la Cadena de producción costo efectiva, devaluando el costo humano.

Sin embargo, las personas de mayor edad cuyo físico le sea útil y eficiente para realizar un sin numero de tareas, tienen una ventaja económica y práctica par cualquier empleador. Al ser instalados en sus puestos como servicios profesionales, sus salarios pueden permitirse en ocasiones reducirse a la mitad de los trabajadores más jóvenes empleados de carrera. La diferencia varia en que sus sueldos son ajustados conjunto al Seguro Social que proporciona mucho beneficio con sus desembolsos a los trabajadores.

De acuerdo con la data proporcionada por el US Census Bureau of labor Statidstics, el último censo realizado en la isla arroja que, para 2017 la población total de trabajadores fue de 871, 469. Dividido entre 378,920 hombres y 472,509 mujeres. De estos números sólo un 37.7% de los adultos mayores son empleados a tiempo parcial o en menor caso a tiempo completo.

El poder y capacidad de los adultos mayores se ejemplifica en figuras como Nancy Pelosi quien a sus 83 anos de edad tomaba decisiones de estado delicadas y de alto riesgo como su inesperada visita a Taiwán en el 2022, o sus legendarios encontronazos con el presidente Donald Trump, quien tal baila con sus 76 anos de edad.

De esta manera esta más que comprobado que los adultos mayores no sólo barremos, mapeamos y freímos papas en los sin fin de Burger’s y pollos de comida rápida, sino que también viajan al espacio como la astronauta de Jeff Bezos, Wally Funk que a sus 82 años piloteó una capsula espacial de ida y vuelta a la atmosfera terrestre.

Según el Negociado de Estadísticas del Trabajo de Empleo y Desempleo, las personas mayores de edad ocupan un espacio laboral muy por debajo de lo que podría ser justicia laboral. Para 1990 de 2,495, 000 millones de trabajadores únicamente el 7.4% trabajaba a tiempo parcial o completo. La cifra varia en el 2006 donde con una población de 2.980.000 millones sólo 5.9% estaban empleados.

Si analizamos los costos reales para el gobierno, mantener esa población sin trabajar son innumerables. Para mencionar unos pocos; La vida sedentaria a la que es obligado a asumir el retirado, provoca un deterioro paulatino en el organismo humano. Esto desencadena en la población una exigencia mayor en programas de asistencia médica, farmacéutica, de alojamiento y vivienda de bajo costo suplementado con los planes como el plan 8, cuidos y amas de llave, que gravan mucho tanto las arcas del gobierno como de la industria privada, quienes se ven obligados a realizar un desembolso imparable en el presupuesto del país.

No dudamos que el retiro es una ley de vida, sin embargo, se esta situación se efectuara de forma paulatina y gradual, se convertiría en un win-win situation. El estado no tendría que absorber de golpe los costos de retiro por individuo. El empleador continuaría recibiendo los beneficios de un buen trabajo probado con los años de ejecución. Y el retirado contaría con un tiempo de adaptación razonable donde ensayaría maneras y estrategias con las cuales llenar a satisfacción su tiempo libre de forma más provechosa y productiva.

Por lo tanto, tengamos en mente que el emplear a personas de mayores de edad, propone un significativo ahorro para el gobierno, y los empleadores verán su producción mantenerse y crecer sin dificultades pues el adulto mayor se compromete y agradece convirtiéndose en un empleado doblemente fiel a su trabajo, pues según las estadísticas el ausentismo en los empleos en este nivel de edad es prácticamente inexistente. Recordemos que al emplear a un Adulto Mayor ganamos todos, sobre todo Puerto Rico.