Por: Dr. Dennis Ríos Román
Psicólogo
“Una bomba hace más ruido que una caricia, pero por cada bomba que destruye, existen millones de caricias que construyen la vida”, decía Facundo Cabral, compositor y poeta argentino.
Esta frase nos da a entender que las personas que expresan caricias somos más y que, estadísticamente, las cosas agradables y gratificantes, son mayores cuantitativamente que las desagradables y no gratificantes. Pero, en el caso de nuestro país, donde el Observatorio de Equidad de Género contabilizó 43 feminicidios entre los meses de enero 2022 a julio 2022; me urge mencionar que un solo feminicidio es demasiado. Un solo evento de maltrato, violencia o feminicidio por parte de un esposo, exesposo, novio, exnovio, concubino, exconcubino es demasiado.
La vida necesita sustentarse con el principio del Respeto. Principio que en muchas ocasiones se difumina cuando una de las partes decide terminar la relación de pareja. Nos olvidamos de que quien decide compartir su vida sentimental y amorosa con otra persona, lo hace en total voluntariedad. A su vez, las estructuras construidas socialmente, nos dificultan el proceso para tomar acción y salir de una relación que no se basa en el principio del respeto. Particularmente, la visión patriarcal le hace ver a gran parte de la sociedad, que la mujer necesita de un hombre para sentirse completa o realizada, ya sea en el área de la crianza, el área profesional y hasta en su entorno social.
La visión patriarcal posibilita que el hombre se sienta en poder y control sobre la pareja en la relación. Muchas veces la familia y la mujer aceptan el poder y control por parte del hombre en la relación. Cuando una mujer decide salir de una relación de pareja, tiene que dar respuestas a un sinnúmero de preguntas realizadas por sus familiares, compañeros, compañeras y amistades. En ocasiones el simple hecho de que ya no desea estar con su compañero no es una respuesta justificada.
Si bien es cierto que, ha habido un progreso desde tiempos de antaño hasta el día de hoy, también es muy cierto que falta mucho camino por recorrer en cuando a la equidad entre el hombre y la mujer. Un aspecto favorable en el movimiento hacia una sociedad con mayor equidad entre los hombres y las mujeres es el sistema de aprendizaje y enseñanza con perspectiva de género. Sin embargo, cuando se ha intentado integrar currículos con perspectiva de géneros en las escuelas ha habido grandes sectores que se oponen.
Se tergiversan las propuestas educativas y se comienzan a adjudicar distintos tipos de argumentos prejuiciosos y discriminatorios referente a un supuesto libertinaje, problemas en la orientación sexual u otras explicaciones que lo único que han logrado es perpetuar la inequidad y violencia en la relación de pareja.
Como sociedad, hemos basado nuestras acciones y movimientos defender y levantar la voz para remediar y subsanar los feminicidios, pero muy poco hemos hecho para trabajar la prevención desde edades tempranas con una base educativa donde se aprenda el valor de la equidad y la igualdad entre el hombre y la mujer. El control y el poder ejercido sobre las mujeres por parte de los hombres no ha tenido tregua en estos años.
El feminicidio no cuenta con la simpatía en nuestra sociedad, sin embargo, es posible que hayamos escuchado frases como,
“Algo tiene que haberle hecho porque él nunca ha sido violento ni maltratante” o “Ella se lo ganó”. “Ella con sus acciones se buscó lo que le pasó por usar X o Y ropa”, “Por salir a altas horas de la madrugada”. Son frases que continúan adjudicando las muertes, los abusos y los maltratos a las acciones llevadas a cabo por la mujer.
Terminemos de una vez y por todas con esa visión de sentido de propiedad cuando hablamos de relaciones de pareja. Es necesario el respeto sobre las decisiones de la mujer que decida finalizar su relación. Es necesario educar a los niños y las niñas sobre la equidad e igualdad entre los hombres y las mujeres.
Si estás en una relación dónde no deseas estar o sientes que tu salud, seguridad, integridad o tu vida corre peligro, busque ayuda. Puedes salir de una relación donde no deseas estar. Puedes salir de una relación donde se violenten la dignidad y los derechos. Si has hablado con tu pareja sobre tu interés de finalizar la relación e identificas un coraje intenso, amenazas o riesgo a tu integridad, busque ayuda de algún familiar o de alguna amistad.
Identifique recursos de apoyo legal y evite sobre confiarse cuando identifique algún indicador que le quite la tranquilidad. Es mejor tomar acción, aunque parezca “hipervigilante” y extremadamente precavida, a lamentarse de repercusiones causadas por la pareja.
Apoyemos las iniciativas que promueven el respeto, la equidad entre el hombre y la mujer y la educación con perspectiva de género.