Por: Yaelie Cuadra Flechas, MSW MPsy
Lic. en Consejería Psicológica y Trabajadora Social Clínica
Tel. Oficina: 787-612-7997
Si le hiciéramos esa pregunta a varias personas seguramente tendríamos diversas respuestas: Amor, dinero, familia, viajes, dormir, etc. Sin embargo, todas estas razones son fuentes externas de la felicidad. Internamente tenemos la posibilidad de crear esa sensación.
El cuerpo humano genera un neurotransmisor conocido como serotonina, que también le llaman “la hormona de la felicidad”. Este se genera en diversas partes del cuerpo y contribuye tanto al estado de ánimo como a la digestión y al sueño. Esto significa que niveles adecuados de serotonina pueden regular el apetito, temperatura corporal, apetito sexual, sueño y circulación. Incluso nos ayuda a tener una sensación de bienestar y autoestima alta. Entonces, niveles bajos pueden provocar diversos trastornos emocionales, actitud negativa, insomnio y coraje, entre otros.
Pero, ¿si el cuerpo lo produce, por qué nos quedamos cortos? Hay diversas razones por las cuales podemos tener niveles bajos de serotonina, una de ellas es la alimentación. Está comprobado que el triptófano (aminoácido) ayuda a producir la serotonina. También los cambios hormonales, el estrés y la diabetes, pueden reducir sus niveles. Entonces, comer huevos, carnes blancas, queso, leche, frutos secos y semillas, es decir alimentos que contienen triptófano, pueden contribuir a su producción. A su vez el hacer ejercicios, practicar la relajación, viajar e incluso involucrarse en proyectos nuevos también contribuyen a su producción.
En resumen, ¿qué necesitamos para ser feliz? Producir niveles adecuados de serotonina, no importa como lo haga: En su casa, viajando, comiendo, ejercitándose, solo o acompañado. No hay una sola receta para la felicidad, pero si es posible lograr experimentarla.