Por: María Magdalena Negrón
Los baby boomers somos esa generación que nació entre los años 1945-64 (dicen unos) o entre 1935-60 (dicen otros), como resultado de la explosión demográfica que hubo luego de la Primera Guerra Mundial, Segunda Guerra Mundial, Conflicto de Corea, la Guerra de Vietnam y una gran depresión a nivel mundial. Podríamos decir que somos producto del más perfecto amor.
Esta generación creció en una época muy romántica donde las canciones de tríos, los boleros y hasta las rancheras mexicanas nos enamoraban y nos impulsaban al amor romántico en todo su esplendor. Los que tenemos más de 50 años crecimos con los mejores intérpretes, las más bellas canciones de amor y los enamoramientos de pareja más admirados, por lo que las canciones iban dirigidas a reforzar ese fuerte sentimiento.
Nuestra adolescencia y juventud fue una época dorada en cuanto a expresiones musicales hermosas se refiere, que dejaron huella profunda en nuestros corazones y en nuestra forma de ser. Somos románticos por naturaleza, expresivos, resilientes, empoderados y, en promedio, adaptados a la tecnología. Pregúntele a un babyboomer por las canciones que escuchaba en esa época y las que escucha ahora: se sorprenderá de tantas canciones de amor que aún hoy tararea, recuerda con nostalgia y tiene en su “playlist”. Con esas canciones nos enamoramos todos, nos casamos, bailábamos en la famosa loseta en los bailes de marquesina, donde nos aprovechábamos como pareja de novios para robarnos un beso a escondidas de nuestros padres.
Este mes de marzo es el mes de la mujer, pero ¿Quién puede ser más amorosa que una fémina? Hoy recuerdo las famosas serenatas, las películas de amor en el cine diurno,que tanto nos gustaban a mi y a mis amigas; los salones de baile, las muchas declaraciones de amor dedicadas con canciones, los famosos pañuelos perfumados que se le entregaban a la novia, las cartas enviadas en puño y letra, los encuentros escondidos y las famosas pedidas de mano, donde los padres tenían que consentir el noviazgo, etc., etc.
El amor de un babyboomer, de una madre, de una mujer es . . . ¡Amor perfecto!
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