Puerto Rico está lleno de mujeres con historia. Han acumulado años y también vivencias. Tienen un criterio firme, pulido con el trabajo arduo y la lucha pasiva por sus ideales; a través del tiempo, la evolución social y los retos de género. 

Una agricultora, una enfermera y una periodista experta en cocina. Las tres, orgullosamente mujeres, orgullosamente Baby Boomers. ¡Conócelas! 

REPORTAJE-ESPECIAL-Mujeres-Teresa-oh-my-boomer
Teresa Jiménez

Teresa Jiménez Vega, 73 años | Agricultora 

Teresa es hija de un agricultor y una ama de casa que cocía guantes y pantalones en el hogar para una fábrica en Aguadilla. 

La herencia de su padre fue enseñarle a ella y a sus 6 hermanos a sembrar la tierra desde pequeños.

Graduada de la escuela pública de Puerto Rico, hizo un grado asociado en Enfermería, en el recinto universitario de Mayagüez y empezó a trabajar en Centro Médico de Mayagüez. De ahí pasó al área metropolitana para hacer maestría (trabajando y estudiando).

Trabajó en el recinto de Ciencias Médicas y en el recinto universitario de Mayagüez, desde donde se retiró con 33 años enseñando enfermería.

Ella afirma: 

“El reto más importante que enfrenta la mujer trabajadora es el de reconocerse a sí misma como un ser importante y esencial, tanto para ella como mujer, como para la familia, su comunidad y el universo”.

Asegura que hay que vencer los estereotipos sociales, reconocerse como una mujer valiosa, amarse primero a sí misma, y luego amar a los demás. 

Insiste que no se deben aceptar los estereotipos de la vejez, pues los años son solamente un número. 

“Toda mujer debe proponerse ser feliz y disfrutar de las cosas que realmente quiere. Debe establecerse metas y mantenerse activa siempre, como cultivar un jardín, escribir un libro, cuidar de un perro, un gato, lo que le guste. Nutrir el espíritu. Observar como amanece un día, observar la luna, la naturaleza, escuchar los pájaros. Observar como abre una flor. Jugar con un Niño. Esas son las formas en que la mujer debe nutrir su espíritu y nunca aceptar que nadie dirija su vida. La mujer dirige su vida ella siempre”, resalta. 

En este momento, Teresa hace honor al legado de su padre, siendo agricultora, así que sueña con que todo el mundo pueda cultivar los alimentos que consume diariamente. Enfatiza en que dicho cultivo debe ser al natural, sin pesticidas, para preservar la salud. 

“Sueño con que se le dé prioridad a los productos de aquí de Puerto Rico para venta en los supermercados. Que cada puertorriqueño pueda cultivar su patio, cada metro de terreno que tenga, para que pueda producir lo que el y su familia consumen”.

REPORTAJE-ESPECIAL-Mujeres-Delia-Martinez-oh-my-boomerv
Delia Martínez

Delia Martínez García, 75 años | Profesora de Enfermería

La más pequeña de 9 hermanos, nació en el pueblo de Las Marías, en una humilde zona cafetalera. Motivada por sus padres -trabajadores agrícolas-, asistió a la escuela pública, caminando 6 kilómetros cada día, hasta terminar el 4to. año de la escuela superior. 

Se propuso entrar al recinto universitario de Mayagüez, ¡y lo logró!. Allí completó el grado asociado de enfermería que comenzaba por primera vez en la Universidad y en Puerto Rico. 

Mientras realizaba el bachillerato en enfermería, trabajaba en el sector de Salud de Las Marías. 

También alcanzó el grado de maestría en ciencias de enfermería, en el cuidado de la familia y la comunidad.

Se jubiló del RUM en el año 1997. Algunos años más tarde, fue reclutada a tiempo parcial por la Universidad Interamericana de Puerto Rico, Recinto de Aguadilla para enseñar los cursos de familia y comunidad. Allí ejerció su práctica docente hasta finales del año 2020.

“En mi práctica docente de enfermería tuve la oportunidad de impactar positivamente sectores comunitarios de diferentes perfiles, principalmente los más necesitados, además la formación de excelencia de los estudiantes de enfermería y el apoyo a diferentes organizaciones de enfermería”.

En relación a los retos que enfrenta la mujer trabajadora en Puerto Rico, opina que es la dualidad de roles que tiene que desempeñar. “Por un lado, está la responsabilidad con su familia y la crianza de sus hijos: cuidado, educación, salud, seguridad, etc, dentro de un ambiente social de grandes retos que no apoya adecuadamente al desarrollo de la familia de una manera integral. Por otro lado, la exigencia de insertarse en una fuerza laboral diversa y competitiva que requiere prepararse con conocimiento, destrezas de comunicación efectivas y tener un ética de trabajo fundamentada en el servicio al público, que en la mayoría de las ocasiones ese ambiente laboral carece de beneficios marginales, como lo son los cuidos de niños, y una remuneración adecuada”.

Delia sueña con igualdad y oportunidades para todos los niños y niñas de Puerto Rico; donde la pobreza no los margine, para que tengan una educación de excelencia.

Concluye con este mensaje:

“La mujer puertorriqueña, al igual que la mayoría de las mujeres del mundo, es una mujer luchadora, trabajadora y resiliente ante las experiencias del diario vivir; nos corresponde a nosotras, sin escatimar esfuerzos, a velar para que nuestros niños, sus familias y las comunidades, vivan en un ambiente social seguro y de oportunidades, que promuevan su desarrollo y les permitan un nivel óptimpo y una autoestima positiva.  Es importante el conocimiento y la defensa de nuestros derechos y responsabilidades. También es vital que hagamos una introspección sobre nuestra salud y bienestar como plataforma para los años por venir”

REPORTAJE-ESPECIAL-mujeres-Wilda-rodriguez-oh-my-boomer
Wilda Rodríguez

Wilda Rodríguez, 75 años | Periodista y Chef

Es periodista -¡De las buenas!-, afirman sus colegas: Decana del periodismo puertorriqueño.

Es una Baby Boomer sin una pizca de miedo en el corazón; y una voz y pluma que no titubean a la hora de establecer una postura. 

Fue parte del equipo de El Nuevo Día, cuando se convirtió en el primer periódico del país. Desde entonces su trayectoria se marca larga y sin pausas. Ha sido  reportera, corresponsal en Estados Unidos y jefa de información.

Fue directora de noticias de Radio WADO en Nueva York y columnista de El Diario/La Prensa.

Ha sido productora, libretista y conductora de programas de radio y televisión, y consultora política y de medios en Puerto Rico y Estados Unidos.

Presidió la Asociación de Periodistas de Puerto Rico.

Wilda también goza de virtudes culinarias.  De hecho, fue chef por 10 años de su propio restaurante -La Casa de Las Tías- junto a la también periodista, Graciela Rodríguez Martinó en el centro histórico de la ciudad de Ponce.

En el libro “Recetas contadas”, de su autoría, la periodista da un espacio a su crónica particular, franca y atrevida, a través de las 82 recetas que aparecen en dicho libro. 

Aquí les compartimos una de ellas: 

RECETA

Carne guisada de Crucita

Por: Wilda Rodríguez 

Empiezo con la receta insignia de la cocina de mi abuela. Si hace tiempo que no vas a una carnicería de pueblo o plaza del mercado, hazlo ahora porque este ritual no permite otra cosa. Pide tres libras de buena carne para guisar y le adviertes al carnicero que hay un espíritu supervisando. 

Ingredientes 

3 lbs. de carne de guisar cortada en trozos medianos.

1 oz. de vinagre blanco.

3 litros de agua. 

1 cdta. de sal.

1/2 taza de sofrito.

1 taza de salsa de tomate. 

1/2 taza de alcaparrado.

3 papas cortadas en trozos grandes.

2 zanahorias grandes cortadas en trozos.

1 hoja de laurel. 

Preparación 

Calienta un caldero a fuego mediano alto y coloca la carne adentro con el vinagre. Verás cómo se hace una espuma y despide olor fuerte a vinagre.  No te asustes. Sigue moviendo por un minuto pero no la dejes secar completamente. La idea es que se impregne.

Cuando la espuma se reduzca añádele la sal y dos litros de agua.

Permita que hierva a fuego mediano hasta que reduzca el líquido a una cuarta parte y / o la carne esté blanda. Si necesitas más tiempo y más agua no titubees.

Añade el sofrito, la salsa de tomate y el otro litro de agua.

Deja hervir nuevamente hasta que el líquido se reduzca a la mitad.

Añade el alcaparrado, la papa, la zanahoria y la hoja de laurel.

Baja el fuego y espera a que ablande la vianda y espese el caldo. No conozco tu estufa, así que tienes que estar pendiente a lo que saque.