Por: Dra. Carmita Laboy, sexóloga

La Real Academia Española define el amor como un sentimiento intenso del ser humano que, partiendo de su propia insuficiencia, necesita y busca el encuentro y unión con otro ser.

La ciencia lo define como una respuesta química del cerebro, gracias a mi querida dopamina. Es una información que recibimos antes de tan siquiera imaginarnos que nos vamos a enamorar de esa persona específica a quién le diremos sí, quiero.

¿Y tú, cómo lo defines, vives y disfrutas?

Les confieso que me tomó mucho tiempo entenderlo, sentirlo, definirlo y vivirlo. 

Conocer cómo quiero amar y ser amada. Debo decir, bien amada. Desde mis hijos, familiares y amistades y, sobre todo, yo. Como me quiero amar yo, Carmita.  

Y es que, tras casi dos décadas investigando y tratando las conductas y problemas amorosos de ellos y ellas me sigue impresionando cuando las parejas llegan a consulta y dicen que se aman aunque su vida no lo evidencie. Se llevan bien, se divierten, tienen una buena vida juntos, familia, casa, paseos, diversión, pero de vida amorosa, de intimidad de esa que te provoca “pá aquí y pá llevar” nada. Absolutamente nada.

Le llaman deseo. Esa primera fase del amor tan importante y que te debe proveer la fuerza vital para mantenerte enamorada para bien. Porque, en adelante quiero que tu vida amorosa sea buena, bien buena.

Entonces, ¿cómo lograrlo? He aquí el resumen de estas dos décadas…

1. Obsérvate: En todo lo que piensas, hablas, sientes y haces. De ahí, busca tus tendencias, eso que se repite incansablemente. Observa las favorables y las que te hacen un nudito en el alma y deben ser erradicadas. Identifica las 3 más repetitivas y de ellas, escoge una. Ahora, haz todo lo contrario y disfruta los resultados.

2. Concéntrate: Es, “mindfulness amoroso” para que te des total cuenta de los estímulos que estás recibiendo/dando y lo que te están provocando. Lo importante es que te estén gustando. Desde un rico beso hasta una hermosa canción. Así, creas dopamina e información nueva en tu cerebro y con ello 85 beneficios que mejoran tus condiciones de diabetes, corazón, ansiedad, depresión, sobrepeso, disfunciones sexuales de ellos y ellas, entre otros. Mis favoritos son la concentración, motivación y deseo que me provocan para hacer, crear y producir mi maravilloso porvenir de forma natural y orgánica. Sin medicamentos y sus reacciones adversas, incluyendo esa falta de deseo, bienestar y vida amorosa.

3. Invítate: A conocerte y disfrutarte desde las 3 propiedades de toda partícula que tú también eres; 33% materia, 66% no materia y 1% energía divina. Entonces, te invito a darle una nueva mirada, científica, a tu vida amorosa y conozcas como tu piensas, sientes, hablas y actúas desde esos 66 y 1%. Desde ahí, la pregunta obliga la respuesta. Una que contestarás en tiempos imperceptibles. De dos segundos uno y 122 minutos durante el sueno REM. Momento idóneo para anticipar tu porvenir con la mejor solución potencial posible, señala la tercera teoría de mi exclusivo modelo educativo y terapéutico. Por eso, te invito a alejarte de lo que haces y conoces hoy, ahora, actualmente ya que eso no sirve. NO SIRVE.

Para amar y ser bien amada y amado debes vivir tu vida desde tu fuerza vital. Esa que tenemos todos por predisposición genética.  Esa que, cuando nos unimos 100 en una población de un millón según señala la física cuántica, hacemos la gran diferencia. ¿Te apuntas? Yo sí…