Por: Freddie Agrait
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Qué bueno es disfrutar de esa canción que nos trae tantos recuerdos o ver esa película que nos cautiva con su interesante trama y personajes memorables. Qué gratificante es leer ese libro que nos transporta a una historia intrigante, a lugares exóticos o nos da la satisfacción de ampliar nuestros conocimientos.
Hoy día es muy fácil deleitarse con todo lo que nos gusta, pues ya no tenemos que adquirir equipos costosos, comprar cada disco o alquilar cada película. La era digital ha sustituido las cintas magnetofónicas, cartuchos y los discos compactos por contenido que llegan por internet hasta nuestros equipos digitales.
El mundo del entretenimiento, en efecto, ha sido desmaterializado por la tecnología.
Las vitrolas hace tiempo son pieza de coleccionistas, y son aplicaciones como Pandora y Spotify las que nos ofrecen acceso a todo tipo de música sin costo, ya que son costeados por anuncios. Sin embargo, por solo $10 al mes, menos del costo de un CD, podemos disfrutar de más de 30 millones de canciones sin comerciales. Nuestros teléfonos inteligentes y tabletas han adquirido la capacidad para tocar miles de álbumes de nuestros artistas favoritos. Y gracias a las bocinas inalámbricas, podemos escuchar nuestra música favorita en el hogar o en cualquier lugar.
Nuestros televisores adelgazaron y ya son inteligentes, y nos ofrecen una extensa programación televisiva y miles de películas a través de servicios como Netflix siempre que estén conectados al internet. A esto se añade el acceso gratuito a YouTube, que nos abre un universo de imágenes y sonidos. Es muy fácil volver a reír con la picardía de Cantinflas, revivir el triunfo de Lucecita en el Festival OTI con la canción Génesis y sentir nuevamente el orgullo del hit número 3,000 de nuestro Roberto Clemente. Tanto es el impacto de YouTube sobre el planeta, que más de 2,000 millones de usuarios ven a diario 1,000 millones de horas de programación.
La lectura también ha sido transformada, al punto que al alcance de nuestros dedos tenemos acceso a enciclopedias completas, y podemos además crear colecciones de libros sin la necesidad de almacenarlos, desempolvarlos y cargarlos en caso de mudanza. Servicios como Kindle, de la empresa Amazon, nos ofrecen más de 6 millones de libros a un precio más bajo que la versión en papel.
En cuestión de minutos, podemos seleccionar, descargar y comenzar a leer ese libro que acaba de salir. Las bibliotecas ofrecen cada vez más títulos en línea y miles de fuentes de noticias se encuentran al alcance de todos nosotros. No hay duda de que en estos momentos de encierro vale la pena montarse en la ola digital y convertir nuestros equipos en centros de entretenimiento para disfrutar de todo aquello que nos gusta sin tener que salir de casa.