Ella es madre, es hija, es abuela. Es una Baby Boomer que desde sus plataformas digitales ha marcado presencia, como una influencer de esta comunidad. Aunque ha participado en diferentes campañas de medios, su blog es su espacio fijo, para mostrar diferentes estilos de vida. Detrás de la puerta de su hogar, es como todas, balanceando sus roles desde el aislamiento, la prudencia y la calma, para llevar un mensaje optimista. Ella es el reflejo de muchas mujeres puertorriqueñas , que en víspera de este Día de las Madres ya ha recibido grandes lecciones…
1. ¿Tú arreglo personal en las redes es un reflejo exacto de cómo te sientes o es un esfuerzo para llevar un mensaje?
Mi arreglo personal es el reflejo de cómo me siento la mayoría del tiempo. En otras ocasiones hay un esfuerzo intencional que funciona como un motivante, para que las cuidadoras, madres y demás personas que me siguen, sepan que podemos proyectarnos bien, a pesar de las situaciones que estemos viviendo.
El arreglo personal nos ayuda. Cuando caminas por la casa, hay espejos que muestran tu reflejo. Un poquito de “ bluch”, un poco de lápiz labial pueden hacer la diferencia entre sentirte destruida o sentir que puedes seguir adelante.
En conclusión es una combinación de ambas. Entre lo que siento, y el deseo de llevarles un mensaje a mis seguidoras.
2. En este tiempo especial que estamos viviendo, ¿cuáles son zapatos más difícil de calzar: el de abuela, el de madre o el de hija. ¿Por qué?
En este tiempo que estamos viviendo yo siento que todos me han quedado pequeños. Todos me aprietan el alma. Como cuidadora es bien dificil manejar esta situación. Muchos cuidadores Boomers no tenemos ayuda porque las situaciones impiden que llegue a nuestra casa o centros. El no poder abrazar a mis hijos y nietos me rompe por dentro. Yo voy a ser abuela de gemelos y no me he podido disfrutar ese embarazo. Lo pienso, lo hablo y lloro. Pero no pierdo esperanza de que cuando todo esto pase voy a poder abrazarlos a todos de nuevo.
3. ¿Cuál han sido tu mayor reto en la pandemia y cómo lo enfrentas?
Mi mayor reto durante este período ha sido el no tener libertad de acción. No poder actuar o manejar mis propias condiciones de enfermedad combinado con el rol de cuidar a mi hijo enfermo, yo, en solitario, porque la persona que me daba la mano no está conmigo, obviamente. Tener que depender del tiempo o del espacio -si alguno- para uno poder recibir servicios o la calidad de servicios que teníamos antes. Ese ha sido el mayor reto. Mantenerme ecuánime y con un nivel de estrés que no afecte mi sistema inmunológico… Hasta que poco a poco, volver a recibir los tratamientos y encaminarnos hacia la normalidad. Esto, sumado al aislamiento, es un gran reto.
4. A tantos días transcurridos, fuera de la rutina que conocías, y de cara al Día de las Madres, cuál es tu gran lección aprendida?
La gran lección: Valorar cada segundo de vida. Agradecer a Dios cada momento y cada amanecer. Por lo que tenemos y lo que en algún momento dejamos perder. Eso es lo que más he aprendido en este tiempo. Ahora sabemos cuán alto es el precio de la libertad. Seguimos manteniendo nuestra libertad interior. Pero, ¿no poder abrazar a nuestras familias? Yo siempre he sabido lo mucho que los amo. Pero, ahora confirmo con más certeza que ellos son mi vida, y que sin ellos, es un reto que estoy enfrentando. Finalmente, aprovecho el espacio para decir en mi nombre, y en el de todos los que extrañan a los suyos: Los amo infinitamente. ¡Una voz en cuarentena!